Bitácora de literatura: traducción de poesía, sátiras, poemas, fábulas, epístolas, epigramas, aforismos, crónicas, antologías...

jueves, 18 de abril de 2013

Beowulf (Siglo VIII d. C.).


Para Hernán Bravo Varela.



A veces me pregunto qué razones
Me mueven a estudiar sin esperanza
De precisión, mientras mi noche avanza,
La lengua de los ásperos sajones.

Gastada por los años la memoria
Deja caer la en vano repetida
Palabra y es así como mi vida
Teje y desteje su cansada historia.

Será (me digo entonces) que de un modo
Secreto y suficiente el alma sabe
Que es inmortal y que su vasto y grave
Círculo abarca todo y puede todo.

Más allá de este afán y de este verso
Me queda inagotable el universo.

Jorge Luis Borges,
Composición escrita en un ejemplar
de la gesta de Beowulf.



þu þe self hafast
dædum gefremed         þæt þin dom lyfað
awa to aldre.
        
Beowulf, Old English Text, 953-55.


But you have made yourself immortal
By your glorious action.

Seamus Heaney, Beowulf, 953-54.


Tú supiste lograr
con tu hazaña gloriosa            que ya para siempre
tu fama perviva.

Beowulf, I. Gréndel, Hródgar elogia el valor de Beowulf.
Éste le refiere su lucha con Gréndel, 953-55.
(Traducción de Luis Lerate y Jesús Lerate)










En el mundo anglosajón, Beowulf ha inspirado un sinfín de obras directa o indirectamente, y su trama original ha sido modificada inescrupulosamente. Acaso la última que se recuerde sea la película animada del director Robert Zemeckis en 2007.










Hasta antes de su lectura, yo disponía sólo de referencias fragmentarias sobre su historia. Me viene a la mente el capítulo dedicado a Beowulf y Gréndel de una serie televisiva que solía ver hace algunos años: Xena, princesa guerrera, protagonizada por la actriz Lucy Lawless.










Sin embargo, después de conocer el texto, comprendí la fascinación que éste inspiró en escritores como John Ronald Reuel Tolkien, Jorge Luis Borges y Seamus Heaney.










El poliglota autor de la saga de El señor de los anillos, J. R. R. Tolkien, filólogo y profesor de lengua y literatura inglesa y anglosajón, no sólo tradujo Beowulf, sino que lo estudió con detalle —e incluso nutrió su obra con la mitología europea; en El Hobbit, por ejemplo, también aparece el dragón que resguarda un tesoro.










En 1936 ofreció una conferencia intitulada Beowulf: los monstruos y los críticos, donde revaloraba el poema en tanto obra de arte y no sólo como un mero documento histórico, y argumentaba que el origen del texto era anterior a la fijación escrita del mismo.










La periodista Silvia Lemus entrevistó en su programa Tratos y retratos al escritor norirlandés, Seamus Heaney (1939) —Premio Nobel de Literatura en 1995, para aquellos a los que les interesen esas cosas—, quien en 1999 publicó su traducción de Beowulf. Transcribí y traduje diversas partes en que el poeta reflexiona acerca de él:


La razón por la que creo que Beowulf permanece mil años después de haber sido escrito, es porque tiene la forma completa de la vida satisfactoria, creo. Ésta es una historia sobre un héroe, primeramente convirtiéndose héroe que viene a probarse a sí mismo como individuo ante los ojos del mundo; y es una cultura guerrera, por supuesto, como lo son los poemas épicos en muchas culturas relacionados con la excelencia guerrera. Así el joven guerrero se prueba a sí mismo: pelea con los monstruos, salva al viejo rey, pero esto sólo nos lleva más o menos a la mitad. Y hay una subida hermosa y el joven héroe emerge radiante y satisfecho. La segunda parte es el rey anciano —el joven se probó a sí mismo y tiene una autoridad total— luego viene la edad, y en los términos de la historia un dragón despierta en las tierras de su reino y el viejo rey debe enfrentar a la nueva y profunda amenaza presente. La amenaza está bajo su propia tierra, en su propia vida; esto llega junto al final: él tiene la sensación de que éste es el encuentro fatal. El dragón es vencido, pero también lo es el anciano; sin embargo, está la sensación del destino completado, de que nada ha sido evitado, de que no hubo cobardía ni evasión, y creo que ésta es la profunda atracción de la historia en particular: se trata de no evadir aquello que se presenta, porque una forma de ir por la vida es evadir lo desagradable o enterrarlo bajo la tierra; mantener al dragón escondido; no enfrentar eso porque podría destruir tu vida. La mayoría nos alejamos de eso [...]










Y más adelante, sobre la traducción del texto en inglés antiguo señala:


El encuentro con el texto día a día, hora a hora, palabra por palabra, fue difícil. El inglés antiguo es muy distinto del inglés moderno; esto es, el inglés antiguo está basado en el lenguaje que llegó con las tribus continentales, los germanos, las tribus germánicas: los jutos, los daneses, los sajones que vinieron a Inglaterra [...] y las reglas métricas son diferentes. Así, la dificultad era dar el sentido de la fuerza de estos autores, lo que quería no era sólo el contenido de la historia sino la fuerza fonética de cada línea; y todos fallamos en la traducción, te percatas de que siempre estás fallando, pero hay recompensas cuando crees haberlo logrado. Así que lo hice como un estudiante que hace la tarea. Buscaba el significado de las palabras, las probaba. No hay una forma fácil de hacer esto. [...]










A la pregunta de cuánto tiempo le tomó realizar la traducción, responde:


Bueno, desde el momento que la comencé, la empecé en marzo de 1995 y la terminé en enero de 1999. En ese sentido fueron casi cuatro años, pero no estaba dedicado de tiempo completo a eso, lo hice además de otras cosas. Hay tres mil líneas, tres mil ciento ochenta y dos líneas. Normalmente, yo tenía diez días que me podía dedicar a ella y trataba de hacer veinte líneas al día si me era posible, cuando trabajaba en ella. Así que lo hice en secciones de doscientas a trescientas líneas.










La entrevistadora elogia el inicio de su versión, y le pregunta cómo logró esa forma de expresión tan alegre; el poeta, a su vez, responde conmovedoramente:


Cuando pensé en traducirlo no sabía cómo empezar. Qué voz usaría. Es una historia que va a ser contada, es una función. Está hecha para la expresión, para que alguien se levante y diga (Heaney finge una voz más grave): “¿Qué dirección guardia...?” La palabra anglosajona “qué” se usa típicamente para llamar la atención: “escuchen”, u otras veces se dice “mirad” o “escuchad”, son palabras muy literarias y muy artificiales. La voz que escuché, que me iba a ayudar a empezar fue una voz de mi infancia (en otra parte de la entrevista, el poeta había referido que su infancia la pasó en la provincia norirlandesa, describiéndola a continuación). Era un primo de mi padre, un anciano del campo, y hablaba con gran magnitud, hablaba con gran formalidad y no hablaba con mucha frecuencia. Pero siempre cuando los mayores estaban a punto de hablar, dejaban un espacio antes de empezar diciendo: “Entonces” (So). Y cuando una persona mayor o alguien con autoridad decía “entonces”, eso significaba: “Olviden todo lo anterior, prosigamos.” Y por fortuna esto salió para mí de la nada, salió de mi oído, salió del lenguaje común, y salió del inglés de Irlanda. En Irlanda, nosotros, como población hablábamos el lenguaje irlandés hasta hace trescientos años, trescientos o cuatrocientos años, y parte de las consecuencias de ser conquistados y dominados por los ingleses, es el idioma inglés. Nuestra lengua es un poco distinta aquí en Irlanda del inglés hablado en Inglaterra. Tenemos entonaciones distintas y distinto énfasis. Así que me causó un gran placer tener esta palabra del inglés irlandés: “Entonces.” Era cuestión de recuperar algo.










En nuestra lengua, uno de los escritores fascinados por la cultura germánica antigua fue el argentino, Jorge Luis Borges. Dos obras dan cuenta de ello: Literaturas germánicas medievales (1966), escrita en colaboración con María Esther Vázquez, y Breve antología anglosajona (1978), con María Kodama.










Del primer título tomo algunos fragmentos que Borges le dedica a Beowulf, con la finalidad de que funjan como introducción de esta entrada:


Compuesta en el siglo VIII de nuestra era, la Gesta de Beowulf es el monumento épico más antiguo de las literaturas germánicas. Fue descubierto en 1705 y registrado en un catálogo de manuscritos anglosajones como epopeya de las guerras entre daneses y suecos. Esta definición errónea se debe a las dificultades del lenguaje poético; a principios del siglo XVIII había en Inglaterra eruditos capaces de comprender la prosa anglosajona, pero no de descifrar un poema, escrito en el lenguaje artificial que ya hemos considerado.

Excluidos algunos episodios secundarios, la Gesta de Beowulf consta de dos partes, que pueden resumirse como sigue:

Beowulf, príncipe del linaje de los geatas, nación del sur de Suecia que algunos han identificado con los jutos y otros con los godos, llega con su gente a la corte de Hrothgar, que reina en Dinamarca. Hace doce años -doce inviernos, dice el poema- que un demonio de las ciénagas, Grendel, de forma gigantesca y humana, penetra durante las noches oscuras en la sala del rey para matar y devorar a los guerreros. Grendel es de la raza de Caín. Por obra de un encantamiento, es invulnerable a las armas. Beowulf, que en su puño tiene la fuerza de treinta hombres, promete darle muerte y lo espera, desarmado y desnudo, en la oscuridad. Los guerreros duermen; Grendel hace pedazos a uno de ellos, lo devora, huesos y todo, y bebe a grandes tragos la sangre, pero cuando quiere atacar a Beowulf, éste le agarra el brazo y no se lo suelta. Luchan, Beowulf le arranca el brazo, Grendel huye gritando a su ciénaga. Huye para morir; la enorme mano, el brazo y el hombro quedan como trofeo. Esa noche se festeja la victoria, pero la madre de Grendel «loba del mar, mujer del mar, loba del fondo del mar» penetra en la sala, mata a un amigo de Hrothgar y se lleva el brazo del hijo. Beowulf sigue por desfiladeros y páramos el rastro de la sangre; al fin llega a la ciénaga. En el agua estancada hay sangre caliente y serpientes y la cabeza del guerrero. Beowulf, armado, se arroja a la ciénaga y nada buena parte del día antes de tocar fondo. En una cámara submarina, sin agua y con una luz inexplicable, Beowulf combate con la bruja, la decapita con una espada monumental que pende del muro y luego decapita el cuerpo de Grendel. La sangre de Grendel quema la hoja de la espada; Beowulf resurge, al fin, de la ciénaga con la empuñadura y con la cabeza. Cuatro hombres llevan la pesada cabeza a la sala real. Así concluye la primera parte del poema.

La segunda ocurre cincuenta años después. Beowulf es rey de los geatas; en su historia entra un dragón que merodea en las noches oscuras. Hace tres siglos que el dragón es guardián de un tesoro; un esclavo fugitivo se esconde en su caverna y se lleva un jarro de oro. El dragón se despierta, nota el robo y resuelve matar al ladrón; a ratos, baja a la caverna y la revisa bien. (Curiosa invención del poeta atribuir al azorado dragón esa inseguridad tan humana.) El dragón empieza a desolar el reino. El viejo rey va a su caverna. Ambos duramente combaten. Beowulf mata al dragón y muere envenenado por una mordedura del monstruo. Lo encierran; doce guerreros cabalgan alrededor del túmulo «y deploran su muerte, lloran al rey, repiten su elegía y celebran su nombre».

Estos versos del Beowulf han sido comparados con el último verso de la Ilíada:

Celebraron así los funerales de Héctor, domador de caballos.

A juzgar por el Beowulf, las ceremonias funerarias de los germanos coincidían con las de los hunos. Gibbon, en su Historia de la Declinación y Caída del Imperio Romano, describe de este modo las exequias de Atila: «Alrededor del cuerpo de su rey, cabalgaron los escuadrones; cantando una canción funeraria en memoria del héroe: glorioso en el decurso de su vida, invencible en su muerte, padre de su pueblo, azote de sus enemigos y terror del orbe.»

Otro rito funerario figura en el Beowulf; el cadáver de un rey de Dinamarca es confiado a una nave que luego entregan al «poder del océano». Agrega el texto: «Nadie, ni quienes hablan en las asambleas, ni los héroes bajo los cielos, puede declarar con verdad quién recibió esa carga.»

Unos tres mil doscientos versos integran el poema, que ha llegado casi íntegro a nuestro tiempo. Los personajes son geatas, daneses y frisios y la acción, según hemos dicho, transcurre en el continente. Ello es índice de que los diversos pueblos germánicos tenían plena conciencia de su unidad.


Doy los vínculos acostumbrados, agradeciendo la valiosa colaboración de Patricia Oliver que compartió conmigo algunos de estos interesantes portales:



Universidad de McMaster: Beowulf In Hypertext: http://www.humanities.mcmaster.ca/~beowulf/main.html

Universidad de Fordham, donde se ofrece el poema en su tanto en su versión antigua como moderna: http://www.fordham.edu/halsall/basis/beowulf.asp




  


Beowulf y otros poemas anglosajones. Siglos VII-X.
(Alianza Editorial, Madrid, 1999).





Beowulf y otros poemas anglosajones (Siglos VII-X).
Traducción del anglosajón y edición de Luis Lerate y Jesús Lerate.

                                                                                     



Bebeorh þe ðone bealonið,         Beowulf leofa,
secg betsta,         ond þe þæt selre geceos,
ece rædas;         oferhyda ne gym,
mære cempa.         Nu is þines mægnes blæd
ane hwile.         Eft sona bið
þæt þec adl oððe ecg         eafoþes getwæfeð,
oððe fyres feng,         oððe flodes wylm,
oððe gripe meces,         oððe gares fliht,
oððe atol yldo;         oððe eagena bearhtm
forsiteð ond forsworceð;         semninga bið
þæt ðec, dryhtguma,         deað oferswyðeð.
Swa ic Hringdena         hund missera
weold under wolcnum         ond hig wigge beleac
manigum mægþa         geond þysne middangeard,
æscum ond ecgum,         þæt ic me ænigne
under swegles begong         gesacan ne tealde.
Hwæt, me þæs on eþle         edwenden cwom,
gyrn æfter gomene,         seoþðan Grendel wearð,
ealdgewinna,         ingenga min;
ic þære socne         singales wæg
modceare micle.         þæs sig metode þanc,
ecean dryhtne,         þæs ðe ic on aldre gebad
þæt ic on þone hafelan         heorodreorigne
ofer ealdgewin         eagum starige!
Ga nu to setle,         symbelwynne dreoh
wigge weorþad;         unc sceal worn fela
maþma gemænra,         siþðan morgen bið.”



Old English Text, Chapter XXV.





“O flower of warriors, beware of that trap.
Choose, dear Beowulf, the better part,
Eternal rewards.  Do not give way to pride.
For a brief while your strength is in bloom
But it fades quickly; and soon there will follow
Illness or the sword to lay you low,
Or a sudden fire or surge of water
Or jabbing blade or javelin from the air
Or repellent age.  Your piercing eye
Will dim and darken; and death will arrive,
Dear warrior, to sweep you away.

“Just so I ruled the ring-Danes’ country
For fifty years, defended them in wartime
With spear and sword against constant assaults
By many tribes: I came to believe
My enemies had faded from the face of the earth.
Still, what happened was a hard reversal
From bliss to grief.  Grendel struck
After lying in wait.  He laid waste the land
And from that moment my mind was in dread
Of his depredations.   So I praise God
In His heavenly glory that I lived to behold
This head dripping blood and after such harrowing
I can look upon it in triumph at last.
Take your place, then, with pride and pleasure
And move to the feast.  Tomorrow morning
Our treasure will be shared and showered upon you.”

Seamus Heaney, Beowulf, 1758-84.



«¡Tú no yerres en esto,        oh querido Beowulf,
excelente guerrero!                        ¡Elige lo bueno,
el eterno provecho!                        ¡Evita el orgullo,
oh famoso varón!    Algún tiempo tu fuerza
tendrás todavía,      mas luego de ella   
te habrán de privar             la dolencia o la espada,
el abrazo del fuego             o la furia del mar,
el golpe del hierro   o la lanza que vuela
o la odiosa vejez      que del ojo la luz
debilita y apaga:      entonces de pronto,
oh noble señor,       te hundirás en la muerte.
»Así he gobernado por media centuria
a los bravos daneses,          guardándolos siempre
con lanza y espada              de todos los pueblos
que habitan la tierra.         En el mundo pensé
que enemigo ninguno       ya más me quedaba,
mas ¡ay! que en mi reino              desgracia me vino,
tras el gozo pesar,   desde el día en que Gréndel,
feroz adversario,     inició sus ataques.
Constante congoja en mi pecho ponía
su acoso maligno.   Doy gracias a Dios,
al Eterno Señor,      que alargando mi vida
me ha hecho posible          tras tanta desdicha
ver su cabeza                       cubierta de sangre.
¡Pero siéntate ahora,         oh varón victorioso,
y disfruta en la fiesta!        ¡Al alba mañana
de ricos tesoros       tú y yo trataremos!

(II. La madre de Gréndel,
Discurso de Hródgar, 1758-84, págs. 78-79.)






Colina de Skalunda en Jutlandia, sur de Suecia,
identificada por el arqueólogo sueco Birger Nerman con el túmulo de Beowulf:

el Peñon de Beowulf en la Punta Ballenas, según el poema.





         fea worda cwæð:
“Heald þu nu, hruse,         nu hæleð ne moston,
eorla æhte!         Hwæt, hyt ær on ðe
gode begeaton.         Guðdeað fornam,
feorhbealo frecne,         fyra gehwylcne
leoda minra,         þara ðe þis lif ofgeaf,
gesawon seledream.         Ic nah hwa sweord wege
oððe feormie         fæted wæge,
dryncfæt deore;         duguð ellor sceoc.
Sceal se hearda helm         hyrsted golde
fætum befeallen;         feormynd swefað,
þa ðe beadogriman         bywan sceoldon,
ge swylce seo herepad,         sio æt hilde gebad
ofer borda gebræc         bite irena,
brosnað æfter beorne.         Ne mæg byrnan hring
æfter wigfruman         wide feran,
hæleðum be healfe.         Næs hearpan wyn,
gomen gleobeames,         ne god hafoc
geond sæl swingeð,         ne se swifta mearh
burhstede beateð.         Bealocwealm hafað
fela feorhcynna         forð onsended!”
Swa giomormod         giohðo mænde
an æfter eallum,         unbliðe hwearf
dæges ond nihtes,         oððæt deaðes wylm
hran æt heortan.     

Old English Text, Chapter XXXII.



His words were few:
“Now, earth, hold what earls once held
And heroes can no more; it was mined from you first
By honorable men.  My own people
Have been ruined in war; one by one
They went down to death, looked their last
On sweet life in the hall.  I am left with nobody
To bear a sword or burnish plated goblets,
Put a sheen on the cup.  The companies have departed.
The hard helmet, hasped with gold,
Will be stripped of its hoops; and the helmet-shiner
Who should polish the metal of the war-mask sleeps;
The coat of mail that came through all fights,
Through shield-collapse and cut of sword,
Decays with the warrior.  Now may webbed mail
Range far and wide on a warlord’s back
Beside his mustered troops.  No trembling harp,
No tuned timber, no tumbling hawk
Swerving through the hall, no swift horse
Pawing the courtyard.  pillage and slaughter
Have emptied the earth of entire peoples.”
And so he mourned as he moved about the world,
Deserted and alone, lamenting his unhappiness
Day and night, until death’s flood
Brimmed up in his heart.                         

Seamus Heaney, Beowulf, 2246-2270.



Con pocas palabras             entonces habló:
«¡Oh tierra, ten tú,             pues los héroes no pueden,
el viejo tesoro!         ¡De ti lo arrancaron
valientes antaño!    Muerte en la guerra,
en terrible combate,          les cupo a mis deudos;
perdieron su vida    mis nobles parientes,
la sala dejaron.        No tengo a ninguno
que ciña esta espada,          que pula esta copa
valiosa y brillante;  los bravos murieron.
Del sólido yelmo     que el oro embellece
el adorno caerá:      duermen aquellos
que bien cuidarían             del casco de guerra.                      
Ahora la malla         que el golpe del hierro
al quebrarse el escudo       una vez aguantó
como el dueño se pudre;   no sale ya nunca
la cota anillada        entre gentes animosa
cubriendo al guerrero.      Ya el arpa no suena,
la tabla del gozo,     no vuela festivo
en la sala del halcón           ni trota en los patios
el ágil caballo.          ¡Se lleva a menudo
la muerte violenta  a los seres humanos!»
            Así se quejaba          con ánimo triste
el que a nadie tenía;           de día y de noche
apenado vagaba,      y luego la muerte
su pecho tocó.

 (IV. El dragón, Beowulf, rey de los gautas.
El tesoro del dragón, 2246-2270, págs. 94-95.)

2 comentarios:

  1. ¡PRECIOSOS POEMAS!.
    CIERTAMENTE, TRADUCIR BIEN ES RE-CREAR, LO QUE SÓLO ES POSIBLE A CREADORES.
    SIN EMBARGO, LA FIGURA DEL AFANADO TRADUCTOR, PELEANDO COMO UN DRAGÓN CON LENGUAS ANGLOSAJONAS, INTENTANDO TRASLADARSE Y TRASLADAR AL RECEPTOR A OTRA ÉPOCA, A OTRA MENTALIDAD Y CIRCUNSTANCIAS, QUEDA SIEMPRE EN LA PENUMBRA.
    ENHORABUENA POR TU ENTRADA.

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    1. —¡Muchas gracias por disponer de tu tiempo para escribirme, Checha! Lo valoro mucho.

      Concuerdo contigo absolutamente —y me gustó sobremanera la analogía que realizas respecto del dragón. Creo que como lectores le debemos mucho a estos "héroes muchas veces anónimos" que con su labor nos permiten conocer obras y autores que de otro modo serían inaccesibles.

      Preparo una entrada precisamente sobre la traducción, desde el punto de vista de los escritores-traductores que hablan sobre lo que esto implica. Ya la leerás.

      Te mando saludos cordiales desde México.

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