Para Hernán Bravo Varela.
A
veces me pregunto qué razones
Me
mueven a estudiar sin esperanza
De precisión, mientras mi noche avanza,
La
lengua de los ásperos sajones.
Gastada
por los años la memoria
Deja
caer la en vano repetida
Palabra
y es así como mi vida
Teje
y desteje su cansada historia.
Será
(me digo entonces) que de un modo
Secreto
y suficiente el alma sabe
Que
es inmortal y que su vasto y grave
Círculo
abarca todo y puede todo.
Más
allá de este afán y de este verso
Me
queda inagotable el universo.
Jorge
Luis Borges,
Composición escrita en un
ejemplar
de la gesta de Beowulf.
de la gesta de Beowulf.
þu þe self hafast
dædum gefremed þæt þin dom lyfað
awa to aldre.
Beowulf, Old English Text, 953-55.
But you have made yourself immortal
By your glorious action.
Seamus Heaney, Beowulf, 953-54.
Tú
supiste lograr
con
tu hazaña gloriosa que ya para
siempre
tu
fama perviva.
Beowulf,
I. Gréndel, Hródgar elogia el valor de Beowulf.
Éste le refiere su lucha con Gréndel, 953-55.
(Traducción de Luis Lerate y Jesús Lerate)
Éste le refiere su lucha con Gréndel, 953-55.
(Traducción de Luis Lerate y Jesús Lerate)
En el mundo anglosajón, Beowulf
ha inspirado un sinfín de obras directa o indirectamente, y su trama original ha
sido modificada inescrupulosamente. Acaso la última que se recuerde sea la
película animada del director Robert Zemeckis en 2007.
Hasta antes de su lectura, yo
disponía sólo de referencias fragmentarias sobre su historia. Me viene a la
mente el capítulo dedicado a Beowulf y Gréndel de una serie televisiva que
solía ver hace algunos años: Xena,
princesa guerrera, protagonizada por la
actriz Lucy Lawless.
Sin embargo, después de conocer
el texto, comprendí la fascinación que éste inspiró
en escritores como John Ronald Reuel Tolkien, Jorge Luis Borges y Seamus Heaney.
El poliglota autor de la saga
de El señor
de los anillos, J. R. R. Tolkien, filólogo
y profesor de lengua y literatura inglesa y anglosajón, no sólo tradujo Beowulf, sino que lo estudió con detalle —e incluso nutrió su obra con la mitología europea; en El Hobbit, por ejemplo, también aparece el dragón que resguarda un tesoro.
En 1936 ofreció una conferencia
intitulada Beowulf:
los monstruos y los críticos, donde revaloraba
el poema en tanto obra de arte y no sólo como un mero documento histórico, y
argumentaba que el origen del texto era anterior a la fijación escrita del
mismo.
La periodista Silvia Lemus entrevistó
en su programa Tratos
y retratos al escritor norirlandés, Seamus
Heaney (1939) —Premio Nobel de Literatura en 1995, para aquellos a los que les
interesen esas cosas—, quien en 1999 publicó su traducción de Beowulf. Transcribí y traduje diversas partes en
que el poeta reflexiona acerca de él:
La razón por la que creo que Beowulf permanece mil años después de
haber sido escrito, es porque tiene la forma completa de la vida satisfactoria,
creo. Ésta es una historia sobre un héroe, primeramente convirtiéndose héroe
que viene a probarse a sí mismo como individuo ante los ojos del mundo; y es
una cultura guerrera, por supuesto, como lo son los poemas épicos en muchas
culturas relacionados con la excelencia guerrera. Así el joven guerrero se
prueba a sí mismo: pelea con los monstruos, salva al viejo rey, pero esto sólo
nos lleva más o menos a la mitad. Y hay una subida hermosa y el joven héroe
emerge radiante y satisfecho. La segunda parte es el rey anciano —el joven se
probó a sí mismo y tiene una autoridad total— luego viene la edad, y en los
términos de la historia un dragón despierta en las tierras de su reino y el
viejo rey debe enfrentar a la nueva y profunda amenaza presente. La amenaza
está bajo su propia tierra, en su propia vida; esto llega junto al final: él
tiene la sensación de que éste es el encuentro fatal. El dragón es vencido,
pero también lo es el anciano; sin embargo, está la sensación del destino
completado, de que nada ha sido evitado, de que no hubo cobardía ni evasión, y
creo que ésta es la profunda atracción
de la historia en particular: se trata de no evadir aquello que se
presenta, porque una forma de ir por la vida es evadir lo desagradable o
enterrarlo bajo la tierra; mantener al dragón escondido; no enfrentar eso
porque podría destruir tu vida. La mayoría nos alejamos de eso [...]
Y
más adelante, sobre la traducción del texto en inglés antiguo señala:
El encuentro con el texto día a día, hora a
hora, palabra por palabra, fue difícil. El inglés antiguo es muy distinto del
inglés moderno; esto es, el inglés antiguo está basado en el lenguaje que llegó
con las tribus continentales, los germanos, las tribus germánicas: los
jutos, los daneses, los sajones que vinieron a Inglaterra [...] y las
reglas métricas son diferentes. Así, la dificultad era dar el sentido de la
fuerza de estos autores, lo que quería no era sólo el contenido de la historia
sino la fuerza fonética de cada línea; y todos fallamos en la traducción, te
percatas de que siempre estás fallando, pero hay recompensas cuando crees haberlo logrado. Así que lo hice como un estudiante que hace la tarea. Buscaba
el significado de las palabras, las probaba. No hay una forma fácil de hacer
esto. [...]
A
la pregunta de cuánto tiempo le tomó realizar la traducción, responde:
Bueno, desde el momento que la comencé, la
empecé en marzo de 1995 y la terminé en enero de 1999. En ese sentido fueron
casi cuatro años, pero no estaba dedicado de tiempo completo a eso, lo hice
además de otras cosas. Hay tres mil líneas, tres mil ciento ochenta y dos
líneas. Normalmente, yo tenía diez días que me podía dedicar a ella y trataba
de hacer veinte líneas al día si me era posible, cuando trabajaba en ella. Así
que lo hice en secciones de doscientas a trescientas líneas.
La
entrevistadora elogia el inicio de su versión, y le pregunta cómo logró esa
forma de expresión tan alegre; el poeta, a su vez, responde conmovedoramente:
Cuando pensé en traducirlo no sabía cómo
empezar. Qué voz usaría. Es una historia que va a ser contada, es una función.
Está hecha para la expresión, para que alguien se levante y diga (Heaney finge
una voz más grave): “¿Qué dirección guardia...?” La palabra anglosajona “qué”
se usa típicamente para llamar la atención: “escuchen”, u otras veces se dice
“mirad” o “escuchad”, son palabras muy literarias y muy artificiales. La voz que
escuché, que me iba a ayudar a empezar fue una voz de mi infancia (en otra
parte de la entrevista, el poeta había referido que su infancia la pasó en la
provincia norirlandesa, describiéndola a continuación). Era un primo de mi padre, un anciano del campo, y
hablaba con gran magnitud, hablaba con gran formalidad y no hablaba con mucha
frecuencia. Pero siempre cuando los mayores estaban a punto de hablar, dejaban
un espacio antes de empezar diciendo: “Entonces” (So). Y cuando una persona mayor o alguien con autoridad decía
“entonces”, eso significaba: “Olviden todo lo anterior, prosigamos.” Y por
fortuna esto salió para mí de la nada, salió de mi oído, salió del lenguaje
común, y salió del inglés de Irlanda. En Irlanda, nosotros, como población
hablábamos el lenguaje irlandés hasta hace trescientos años, trescientos o
cuatrocientos años, y parte de las consecuencias de ser conquistados y
dominados por los ingleses, es el idioma inglés. Nuestra lengua es un poco
distinta aquí en Irlanda del inglés hablado en Inglaterra. Tenemos entonaciones
distintas y distinto énfasis. Así que me causó un gran placer tener esta
palabra del inglés irlandés: “Entonces.” Era cuestión de recuperar algo.
En
nuestra lengua, uno de los escritores fascinados por la cultura germánica
antigua fue el argentino, Jorge Luis Borges. Dos obras dan cuenta de ello: Literaturas germánicas medievales
(1966), escrita en colaboración con María Esther Vázquez, y Breve antología anglosajona (1978), con
María Kodama.
Del
primer título tomo algunos fragmentos que Borges le dedica a Beowulf, con la finalidad de que funjan como introducción de esta
entrada:
Compuesta en el siglo VIII de nuestra era,
la Gesta de Beowulf es el monumento épico más antiguo de las literaturas
germánicas. Fue descubierto en 1705 y registrado en un catálogo de manuscritos
anglosajones como epopeya de las guerras entre daneses y suecos. Esta
definición errónea se debe a las dificultades del lenguaje poético; a principios
del siglo XVIII había en Inglaterra eruditos capaces de comprender la prosa
anglosajona, pero no de descifrar un poema, escrito en el lenguaje artificial
que ya hemos considerado.
Excluidos algunos episodios secundarios, la
Gesta de Beowulf consta de dos partes, que pueden resumirse como sigue:
Beowulf, príncipe del linaje de los geatas,
nación del sur de Suecia que algunos han identificado con los jutos y otros con
los godos, llega con su gente a la corte de Hrothgar, que reina en Dinamarca.
Hace doce años -doce inviernos, dice el poema- que un demonio de las ciénagas,
Grendel, de forma gigantesca y humana, penetra durante las noches oscuras en la
sala del rey para matar y devorar a los guerreros. Grendel es de la raza de
Caín. Por obra de un encantamiento, es invulnerable a las armas. Beowulf, que
en su puño tiene la fuerza de treinta hombres, promete darle muerte y lo
espera, desarmado y desnudo, en la oscuridad. Los guerreros duermen; Grendel
hace pedazos a uno de ellos, lo devora, huesos y todo, y bebe a grandes tragos
la sangre, pero cuando quiere atacar a Beowulf, éste le agarra el brazo y no se
lo suelta. Luchan, Beowulf le arranca el brazo, Grendel huye gritando a su
ciénaga. Huye para morir; la enorme mano, el brazo y el hombro quedan como trofeo.
Esa noche se festeja la victoria, pero la madre de Grendel —«loba del mar,
mujer del mar, loba del fondo del mar»— penetra en la sala, mata a un amigo de
Hrothgar y se lleva el brazo del hijo. Beowulf sigue por desfiladeros y páramos
el rastro de la sangre; al fin llega a la ciénaga. En el agua estancada hay
sangre caliente y serpientes y la cabeza del guerrero. Beowulf, armado, se
arroja a la ciénaga y nada buena parte del día antes de tocar fondo. En una
cámara submarina, sin agua y con una luz inexplicable, Beowulf combate con la
bruja, la decapita con una espada monumental que pende del muro y luego
decapita el cuerpo de Grendel. La sangre de Grendel quema la hoja de la espada;
Beowulf resurge, al fin, de la ciénaga con la empuñadura y con la cabeza.
Cuatro hombres llevan la pesada cabeza a la sala real. Así concluye la primera
parte del poema.
La segunda ocurre cincuenta años después.
Beowulf es rey de los geatas; en su historia entra un dragón que merodea en las
noches oscuras. Hace tres siglos que el dragón es guardián de un tesoro; un
esclavo fugitivo se esconde en su caverna y se lleva un jarro de oro. El dragón
se despierta, nota el robo y resuelve matar al ladrón; a ratos, baja a la
caverna y la revisa bien. (Curiosa invención del poeta atribuir al azorado
dragón esa inseguridad tan humana.) El dragón empieza a desolar el reino. El
viejo rey va a su caverna. Ambos duramente combaten. Beowulf mata al dragón y
muere envenenado por una mordedura del monstruo. Lo encierran; doce guerreros
cabalgan alrededor del túmulo «y deploran su muerte, lloran al rey, repiten su
elegía y celebran su nombre».
Estos versos del Beowulf han sido comparados con el último verso de la Ilíada:
Celebraron
así los funerales de Héctor, domador de caballos.
A juzgar por el Beowulf, las ceremonias
funerarias de los germanos coincidían con las de los hunos. Gibbon, en su
Historia de la Declinación y Caída del Imperio Romano, describe de este modo
las exequias de Atila: «Alrededor del cuerpo de su rey, cabalgaron los
escuadrones; cantando una canción funeraria en memoria del héroe: glorioso en
el decurso de su vida, invencible en su muerte, padre de su pueblo, azote de
sus enemigos y terror del orbe.»
Otro rito funerario figura en el Beowulf;
el cadáver de un rey de Dinamarca es confiado a una nave que luego entregan al
«poder del océano». Agrega el texto: «Nadie, ni quienes hablan en las
asambleas, ni los héroes bajo los cielos, puede declarar con verdad quién
recibió esa carga.»
Unos tres mil doscientos versos integran el
poema, que ha llegado casi íntegro a nuestro tiempo. Los personajes son geatas,
daneses y frisios y la acción, según hemos dicho, transcurre en el continente.
Ello es índice de que los diversos pueblos germánicos tenían plena conciencia
de su unidad.
Doy
los vínculos acostumbrados, agradeciendo la valiosa colaboración de Patricia
Oliver que compartió conmigo algunos de estos interesantes portales:
Proyecto
Perseo: http://www.perseus.tufts.edu/hopper/text?doc=Perseus%3Atext%3A2003.01.0003%3Acard%3D1
Universidad
de McMaster: Beowulf In Hypertext: http://www.humanities.mcmaster.ca/~beowulf/main.html
Universidad
de Fordham, donde se ofrece el poema en su tanto en su versión antigua como
moderna: http://www.fordham.edu/halsall/basis/beowulf.asp
Beowulf y otros poemas
anglosajones (Siglos VII-X).
Traducción del anglosajón y
edición de Luis Lerate y Jesús Lerate.
Bebeorh þe ðone bealonið, Beowulf leofa,
secg betsta, ond þe þæt selre geceos,
ece rædas; oferhyda ne gym,
mære cempa.
Nu is þines mægnes blæd
ane hwile.
Eft sona bið
þæt þec adl oððe ecg eafoþes getwæfeð,
oððe fyres feng, oððe flodes wylm,
oððe gripe meces, oððe gares fliht,
oððe atol yldo;
oððe eagena bearhtm
forsiteð ond forsworceð; semninga bið
þæt ðec, dryhtguma, deað oferswyðeð.
Swa ic Hringdena hund missera
weold under wolcnum ond hig wigge beleac
manigum mægþa
geond þysne middangeard,
æscum ond ecgum, þæt ic me ænigne
under swegles begong gesacan ne tealde.
Hwæt, me þæs on eþle edwenden cwom,
gyrn æfter gomene, seoþðan Grendel wearð,
ealdgewinna,
ingenga min;
ic þære socne
singales wæg
modceare micle.
þæs sig metode þanc,
ecean dryhtne,
þæs ðe ic on aldre gebad
þæt ic on þone hafelan heorodreorigne
ofer ealdgewin
eagum starige!
Ga nu to setle,
symbelwynne dreoh
wigge weorþad;
unc sceal worn fela
maþma gemænra, siþðan morgen bið.”
Old English Text, Chapter XXV.
“O flower of warriors, beware of that trap.
Choose, dear Beowulf, the better part,
Eternal rewards.
Do not give way to pride.
For a brief while your strength is in bloom
But it fades quickly; and soon there will follow
Illness or the sword to lay you low,
Or a sudden fire or surge of water
Or jabbing blade or javelin from the air
Or repellent age.
Your piercing eye
Will dim and darken; and death will arrive,
Dear warrior, to sweep you away.
“Just so I ruled the ring-Danes’ country
For fifty years, defended them in wartime
With spear and sword against constant assaults
By many tribes: I came to believe
My enemies had faded from the face of the earth.
Still, what happened was a hard reversal
From bliss to grief.
Grendel struck
After lying in wait.
He laid waste the land
And from that moment my mind was in dread
Of his depredations.
So I praise God
In His heavenly glory that I lived to behold
This head dripping blood and after such harrowing
I can look upon it in triumph at last.
Take your place, then, with pride and pleasure
And move to the feast.
Tomorrow morning
Our treasure will be shared and showered upon you.”
Seamus Heaney, Beowulf, 1758-84.
«¡Tú no
yerres en esto, oh querido Beowulf,
excelente guerrero! ¡Elige lo bueno,
el eterno provecho! ¡Evita el orgullo,
oh famoso varón! Algún tiempo tu fuerza
tendrás todavía, mas luego de ella
te habrán de privar la dolencia o la espada,
el abrazo del fuego o la furia del mar,
el golpe del hierro o la lanza que vuela
o la odiosa vejez que del ojo la luz
debilita y apaga: entonces de pronto,
oh noble señor, te hundirás en la muerte.
»Así he
gobernado por media centuria
a los bravos daneses, guardándolos siempre
con lanza y espada de todos los pueblos
que habitan la tierra. En el mundo pensé
que enemigo ninguno ya más me quedaba,
mas ¡ay! que en mi reino desgracia me vino,
tras el gozo pesar, desde el día en que Gréndel,
feroz adversario, inició sus ataques.
Constante congoja en mi pecho ponía
su acoso maligno. Doy gracias a Dios,
al Eterno Señor, que alargando mi vida
me ha hecho posible tras tanta desdicha
ver su cabeza cubierta de sangre.
¡Pero siéntate ahora, oh varón victorioso,
y disfruta en la fiesta! ¡Al alba mañana
de ricos tesoros tú y yo trataremos!
(II. La madre de Gréndel,
Discurso de Hródgar, 1758-84,
págs. 78-79.)
![]() |
Colina de Skalunda en Jutlandia, sur de Suecia, identificada por el arqueólogo sueco Birger Nerman con el túmulo de Beowulf: el Peñon de Beowulf en la Punta Ballenas, según el poema. |
fea worda cwæð:
“Heald þu nu, hruse, nu hæleð ne moston,
eorla æhte!
Hwæt, hyt ær on ðe
gode begeaton.
Guðdeað fornam,
feorhbealo frecne, fyra gehwylcne
leoda minra,
þara ðe þis lif ofgeaf,
gesawon seledream. Ic nah hwa sweord wege
oððe feormie
fæted wæge,
dryncfæt deore;
duguð ellor sceoc.
Sceal se hearda helm hyrsted golde
fætum befeallen; feormynd swefað,
þa ðe beadogriman bywan sceoldon,
ge swylce seo herepad, sio æt hilde gebad
ofer borda gebræc bite irena,
brosnað æfter beorne. Ne mæg byrnan hring
æfter wigfruman
wide feran,
hæleðum be healfe. Næs hearpan wyn,
gomen gleobeames, ne god hafoc
geond sæl swingeð, ne se swifta mearh
burhstede beateð. Bealocwealm hafað
fela feorhcynna
forð onsended!”
Swa giomormod
giohðo mænde
an æfter eallum, unbliðe hwearf
dæges ond nihtes,
oððæt deaðes wylm
hran æt heortan.
Old English Text, Chapter XXXII.
His words were few:
“Now, earth, hold what earls once held
And heroes can no more; it was mined from you first
By honorable men.
My own people
Have been ruined in war; one by one
They went down to death, looked their last
On sweet life in the hall. I am left with nobody
To bear a sword or burnish plated goblets,
Put a sheen on the cup. The companies have departed.
The hard helmet, hasped with gold,
Will be stripped of its hoops; and the helmet-shiner
Who should polish the metal of the war-mask sleeps;
The coat of mail that came through all fights,
Through shield-collapse and cut of sword,
Decays with the warrior. Now may webbed mail
Range far and wide on a warlord’s back
Beside his mustered troops. No trembling harp,
No tuned timber, no tumbling hawk
Swerving through the hall, no swift horse
Pawing the courtyard.
pillage and slaughter
Have emptied the earth of entire peoples.”
And so he mourned as he moved about the world,
Deserted and alone, lamenting his unhappiness
Day and night, until death’s flood
Brimmed up in his heart.
Seamus
Heaney, Beowulf, 2246-2270.
Con pocas palabras entonces habló:
«¡Oh tierra, ten tú, pues los héroes no pueden,
el viejo tesoro! ¡De ti lo arrancaron
valientes antaño! Muerte en la guerra,
en terrible combate, les cupo a mis deudos;
perdieron su vida mis nobles parientes,
la sala dejaron. No tengo a ninguno
que ciña esta espada, que pula esta copa
valiosa y brillante; los bravos murieron.
Del sólido yelmo que el oro embellece
el adorno caerá: duermen aquellos
que bien cuidarían del casco de guerra.
Ahora la malla que el golpe del hierro
al quebrarse el escudo una
vez aguantó
como el dueño se pudre; no sale ya nunca
la cota anillada entre gentes animosa
cubriendo al guerrero. Ya el arpa no suena,
la tabla del gozo, no vuela festivo
en la sala del halcón ni trota en los patios
el ágil caballo. ¡Se lleva a menudo
la muerte violenta a los seres humanos!»
Así se quejaba con
ánimo triste
el que a nadie tenía; de día y de noche
apenado vagaba, y luego la muerte
su pecho tocó.
(IV. El dragón, Beowulf, rey de los gautas.
El tesoro del dragón,
2246-2270, págs. 94-95.)
¡PRECIOSOS POEMAS!.
ResponderEliminarCIERTAMENTE, TRADUCIR BIEN ES RE-CREAR, LO QUE SÓLO ES POSIBLE A CREADORES.
SIN EMBARGO, LA FIGURA DEL AFANADO TRADUCTOR, PELEANDO COMO UN DRAGÓN CON LENGUAS ANGLOSAJONAS, INTENTANDO TRASLADARSE Y TRASLADAR AL RECEPTOR A OTRA ÉPOCA, A OTRA MENTALIDAD Y CIRCUNSTANCIAS, QUEDA SIEMPRE EN LA PENUMBRA.
ENHORABUENA POR TU ENTRADA.
—¡Muchas gracias por disponer de tu tiempo para escribirme, Checha! Lo valoro mucho.
EliminarConcuerdo contigo absolutamente —y me gustó sobremanera la analogía que realizas respecto del dragón. Creo que como lectores le debemos mucho a estos "héroes muchas veces anónimos" que con su labor nos permiten conocer obras y autores que de otro modo serían inaccesibles.
Preparo una entrada precisamente sobre la traducción, desde el punto de vista de los escritores-traductores que hablan sobre lo que esto implica. Ya la leerás.
Te mando saludos cordiales desde México.