Bitácora de literatura: traducción de poesía, sátiras, poemas, fábulas, epístolas, epigramas, aforismos, crónicas, antologías...

sábado, 31 de enero de 2015

Entrada 104: Homenaje a Raúl Parra (1958-2008).

Homenaje a Raúl Parra (1958-2008).



Soy de un pueblo
de Guerrero
donde, al lado,
atrás,
enfrente
de los billares
y el templo,
huele a meados
y cerveza,
pero las más
de las veces
huele a heces
de cuche
y cristianos
guerrerenses.

Patriochiquero.






El poeta y narrador, Raúl Parra, nació en Tecpan de Galeana, Guerrero, en 1958, y murió en la Ciudad de México en 2008. El rescate y la publicación de su obra se deben a Carlos López de la Editorial Praxis.

Francisco Trejo en Los coleópteros enfebrecidos, Muestra de poesía universitaria de la UACM (págs. 17-19), escribe:

Este libro, además de ser una muestra de poesía universitaria, es también un homenaje a Raúl Parra (1958-2008), poeta y narrador, ganador del Premio Nacional de Poesía Alí Chumacero 1999. Su obra y su personalidad se resumen en los siguientes libros: Para que un poeta lo escriba en la pared de un baño público, La muerte sobre la muerte, Poemas de la carne, ¡Hojas, Petra! Poenotas y Narranadas y, póstumamente, Párrafos, parrafitos y unas crónicas, todos ellos publicados por Editorial Praxis.

Las personas que conocieron a Raúl Parra concuerdan que era un hombre sumamente inteligente y dotado de un gran sentido del humor. “Parra usaba el cabello largo y había perdido sus dos piernas y un brazo; pero, a pesar de ello, tenía la capacidad de burlarse de sí mismo diciendo que era afortunado por ser uno dentro de un millón de personas con la enfermedad que lo iba degradando”. Comenta José P. Serrato, su alumno, por medio de quien conocí la obra de este poeta guerrerense. Una muestra del humor de Parra ante su enfermedad es el siguiente poema autobiográfico:


Símil

Mi coche
como mi vida
se está cayendo a pedazos


Sin duda, la obra de Parra, escrita con pulso irreverente, merece ser leída y discutida. Este poeta dejó escuela y abrió las puertas de la creación en las diversas generaciones de sus talleres. La principal razón por la que me atrajo la poesía de Parra es su profunda madurez de pensamiento. Este tipo de poesía está libre de adornos y se limita a plasmar el pensamiento a través de la brevedad. En su libro ¡Hojas, Petra! Poenotas y Narranadas, Raúl Parra nos muestra su arte poética en una poenota: “La vida es breve, mi poesía más”. Su obra apuesta por las formas breves, lo que hace del autor un sujeto inteligente que exige a sus lectores complicidad y capacidad de entendimiento. [...]

La poesía desnuda es lo que buscó Parra en la brevedad de sus poemas que logran una enorme contundencia. No es necesario extenderse para proponer algo; un buen poema puede decir muchas cosas en unos cuantos versos, puede sacudir al lector y derrumbarlo en una alfombra de sentimientos.

Parra es un poeta cuasi desconocido, un poeta de culto que ha dejado una estela y una visión de la poesía digna de reflexionarse. Este homenaje es una invitación a su lectura.


Asimismo, Lázaro Tello Pedró redactó este texto esclarecedor sobre el autor, que empleo como preámbulo a la selección:







Raúl Parra: escritor mínimo y escritor de la carne


La obra de Raúl Parra entra en el calificativo de mínima. Su máxima es “La vida es breve, mi poesía más”. Cuando se le preguntaba el porqué del género corto, Parra contestaba que al tratar de escribir un texto más allá de la cuartilla, éste se le malogra, y queda con esa inconsistencia comparada a la de un pan, cuyo exterior está cocido, pero con el interior aún crudo1. A diferencia de las novelas que necesitan un cinturón enorme para contener y delimitar su universo, el cuento y la poesía gozan de mayor libertad: no hay peso de suntuosos collares ni de indumentaria innecesaria. Y aunque haya muchos que ornamentan la poesía y el cuento, Parra la trabaja desnuda. (2)

            Es a partir de su segunda obra, Para que un poeta lo escriba en la pared de un baño público, que nos reafirma lo breve. Quiero decir aquí algunas cosas acerca del título, que para algunos es poco afortunado. Usar un título larguísimo, incluso más que muchos de sus poemas, es una crítica para quienes creen que en la extensión está lo literario y que con dos líneas no se puede hacer literatura. Además, el título es una referencia a uno de los aspectos que Parra utilizará a lo largo de su obra: la urbanidad; sin embargo, decir que Parra es un poeta urbano o un poeta de la calle es amputarle un miembro a su cuerpo y a su poesía, que no sólo se ubica en la Ciudad de México, sino que también sucede en algunos parajes de su natal Guerrero.

            El haikú, el dístico y el epigrama son los contenedores perfectos para la labor de lo minúsculo; sin embargo, a Parra, el haikú no parece servirle del todo, aunque tenga aciertos. En cambio el dístico, que Ennio ya utilizaba como epigrama desde la época romana, (3) se acomoda perfectamente a la poética de Parra:


Al modo de don Julio

La perdición de los sabios
son las asnitas mujeres. (4)


            “Reclamo místico” es uno de sus mejores epigramas, por la agudeza del humor, su precisión en el lenguaje y su vigencia. En este texto se le demanda a Dios ¿Dónde está la mujer decente y cachonda, detrás de qué taza de café se oculta dibujando vergas exquisitamente ornamentadas en su mantelito de papel?, ¿En qué baño antiséptico estampa su vulvita monográfica? (5) La obra de Parra apunta hacia el sarcasmo y la burla, muchas veces incluyéndose a sí mismo.

            Una extraña enfermedad llamada Buerger (tromboangeítis obliterante) obstruye la correcta circulación de la sangre, ocasionando la necesidad de amputar dedos, piernas y brazos. En el periodo final de su vida, Parra anduvo sobre silla de ruedas, sin dos piernas y un brazo. A esta tragedia, el poeta responde con humor y admite tener la fortuna de ser uno entre millones con ese mal ocasionado por su fuerte adicción al tabaco. Una de las funciones de la literatura es tamizar las experiencias para quien escribe:


Cuando tenía patas,
era tachado de vago
caliente y vil;
ahora que ya no las tengo
y que ruedo en silla de ruedas mis erratas,
me dicen el Hot Wheel (6)


            Para un hombre que se iba acortando de tamaño, su literatura se dirigía con fuerza hacia lo breve. Una de las características de la brevedad es que permite lo lúdico en la escritura. Y más que permitir, me parece que es una necesidad. En la escritura brevísima no hay tiempo para desarrollar personajes, así que se utilizan los estereotipos o los personajes históricos y las frases hechas. Parra utiliza la antiquísima respuesta socrática y construye:


Sócrates después de coger

Ella: ¿Me amas?
Él: Yo sólo sé que no sé nada. (7)


            Esta inclinación hacia el juego cae hasta el grado de aventurarse con una sola palabra. Francisco Hernández, en su poemario Oscura coincidencia, tiene el mérito de haber conseguido armar un poema con una sola palabra.

Amortajados

amor
taja
dos (8)
           

            Parra, ayudado del calambur, escribe:

Los tres pasos de don Juan

Con ella
Contacto

Con ella
Con tacto

Con ella
Contactó (9)

            Y a todo esto ¿quién es Raúl Parra? Parra es un escritor que nació en 1958 en Tecpan de Galeana, Guerrero, y es el ejemplo del manejo de dos géneros que constituyen a un mismo escritor. Desde su primera publicación, Archipiélago Carnal, nos adelantó que trabajaría la prosa y el verso. Tiene del poeta la mirada y del narrador el olfato, para ponerlo en términos sensoriales. Oliverio Girondo, en su libro Espantapájaros, nos habla de la transmigración, arte que consiste en mudar el alma de un cuerpo a otro para apreciar el mundo desde la mejor perspectiva: “una cosa es mirar el mar desde la playa, otra contemplarlo con unos ojos de cangrejo”10. Parra parece haber tomado lección:


No moriré aún
todavía no te he contado mi infancia
cuando mi abuelo ciego ya
me montaba en su burra
y recorríamos con los ojos del animal
las imágenes perdidas del viejo (11).


            Desde sus primeros cuatro textos narrativos aparecidos en Archipiélago Carnal, Parra ya utiliza las palabras coloquiales y comunes, siempre buscando lo informal, pues creía que uno de los males en las letras mexicanas era el exceso de solemnidad.

            El poeta español Juan Carlos Mestre dice en entrevista que los límites de la poesía están en las posibilidades de la imaginación; así que la comparación “densa como un flan derretido en la banqueta” resulta válida, no por el carácter convincente o real de la banqueta o el flan, sino porque la imaginación lo posibilita. Podemos hablar entonces de la metáfora de vehículo coloquial, que parte de cualquier hecho considerado cotidiano. Parra evita el rodeo: “Yo solo quiero decir / hoy tengo ganas de decir / tengo el corazón tirante como una liga a punto de romperse”. (12) No hay adorno, sino poesía llana, o en sus palabras: poesía desnuda. Otra de las características de su informalidad es el uso de las “malas palabras” en su discurso, palabras como madrear, carajos, pendejos y chingadas aparecen sin ningún signo de autocensura.


Parra por él mismo      

            ¿Cómo se califica a sí mismo en su poesía? Parra es la bestezuela enferma alimentada por la conciencia y ternura de su madre, es un animal rumiante de palabritas de amor, un cabeza dura, un chorlito, un tipo con el cerebro en los huevos y cuyos pensamientos no caben en ninguna parte, salvo en la estrecha humedad de una vagina. El carácter autobiográfico en su poesía es dominante. En el relato “Tarzán”, su pareja le pregunta si quiere tener un hijo. Parra evade la pregunta con el gesto que lo ha salvado siempre: su sonrisa. Cuando lo visitan, las mujeres caminan de puntitas para no tocar el infierno en el que vive. Aquí su autorretrato, donde nos muestra el carácter visceral de su poesía.


Autorretrato

Luminoso de las tripas
oscuro de la sesera (13)


            En “Soliloquio”, el poema más largo que tiene, no le da miedo mostrarse por completo, aunque esté presente el riesgo latente de caer en lo cursi y en el sentimentalismo. Culpa a Sabines y a Huidobro por haberles hecho adentrarse en el terreno de lo poético. Vivía tan tranquilo sin la poesía y ahora lo vemos allí, con la cabeza llena de mar y las palabras llenas de hormonas. (14)

            Es así que entramos en el terreno de su poética. Parra tiene varios poemas donde habla del oficio de escribir y nos muestra, por un lado, que escribir es un acto hacia la libertad. ¿Quién puede sujetar o contener el acto de escribir del otro? Escribir es una maldición, es la maldición tuya, mía, de todos. Con la garganta hinchada como un sapo, arrojamos las palabras al mundo, causando peste y enfermedad. (15) Surge así la inevitable pregunta que hace tumbos en su cabeza: ¿quién da la voz y quién la autoriza?

            Su labor literaria no sólo se concentra en sus libros. Raúl Parra fue profesor de literatura por poco más de veinte años en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM e impartió talleres de creación literaria en la Casa del Lago de Chapultepec. Esta labor como profesor ha contribuido a la creación de una fila de escritores de alta calidad, poetas y narradores que actualmente participan activamente en la literatura.


La carne como fijación

            El poeta serio y solemne, frente al corte de carne, saca su instrumentación y corta delicadamente con el cuchillo, clava el tenedor y se lo lleva a la boca; termina la acción limpiándose con un pañuelo blanquísimo. Parra no necesita de instrumentos innecesarios y se hace de la carne directamente con la boca y las manos. Todos los ejercicios de la boca se hacen patentes: morder, masticar, chupar, sorber las tripas, la pulpa del durazno, los tuétanos, la médula.

            La boca es la privilegiada y toda la carga satisfactoria está en ella. Si Neruda dice: “tu pecho de pan, alto de clima”, Parra se devora ese pan. El amor en Parra es un sabor al que se le quita la coraza; es diente y mordedura; es tragar, comer, masticar, chupar, regurgitar la carroña, la pulpa, el papel maché y el engrudo; son los santos óleos que se otorgan de boca en boca o el beso que brinca de una a una. Incluso, el acto de comer cae en la antropofagia. Parra recomienda comerse a los amores muertos y hacer como el lagarto, que antes de comer a sus presas las deja reblandecer sobre el humus de la tierra. Así se elabora un rito, cuyo fin es la confección de un collar que protegerá como un escudo cuando se salga a cazar en las noches de luna. (16) Todo se convierte en un acto con la boca, hasta el amor hacia la madre se transforma en un goce bucal: “Mi madre me gusta como me gusta mi cigarro / o el sabor de tu boca cuando acabas de fumar” (17)

            Orgasmo y  muerte son condiciones recíprocas, y gracias al erotismo en el orgasmo cabe la muerte.


Evangelis

Alégrate, alégrate, me dices
mi buena muerte viene (18)


            Podemos resumir orgasmo y muerte en el acto de matar a una mosca que mientras goza de una miga de pan, mientras saborea una gota de miel o una cagarruta de perro, muere de un solo golpe, quedando perdida y aplastada entre sus manjares exquisitos. Esta cualidad de lo carnal hace que Parra se cure de las musas. No atiende a los amores platónicos: “ni espíritus / ni almas gemelas / simplemente tu carne” (19). Y aunque visita el lugar común de la piel blanca, decide hacerlo desde otra blancura como la del arroz humeante y recién hervido. No sólo la carne, con toda la implicación sexual que tiene, ocupa un lugar importante en su poesía, se le suman los fluidos: la saliva, los orines, el sudor, la sangre menstrual. La ciudad es personificada y adquiere la capacidad de las excrecencias:


En abril

Las citadinas jacarandas
manchan con el lila menstrual
su negro calzón de asfalto (20)


            Fernando de Ita, en el prólogo de Para que un poeta lo escriba en la pared de un baño público, decía que la voz ya estaba, y que sólo faltaba alcanzar la redondez. (21) Ésto sin duda se alcanza en La muerte sobre la muerte y culmina en Párrafos, parrafitos y unas crónicas, libro donde en cada texto se percibe un grado de mayor de elaboración y donde el tono personal es mucho más definido. La ubicación geográfica de los relatos y de la poesía de este libro están en Guerrero y la Ciudad de México. Un teléfono público, la hilera de luces de los postes eléctricos, los vagones del metro, el interior de un bar o de un automóvil son los disparadores para su labor literaria.

            La época más intensa de su vida la vivió dentro de un hospital. Poemas de la carne, premio de poesía Alí Chumacero, es la obra escrita dentro de este periodo. Raúl dice haber cambiado el enfoque de la mirada, el erotismo es otro, de otra factura. Y es cierto, si en un principio tenía que ser más directo y explícito, aquí hay un nuevo direccionamiento del erotismo, se vale de imágenes importadas del mundo vegetal o animal para calificar de otra manera lo que ha venido haciendo desde el principio de su carrera poética.


Veinticuatro palabras

Ella soportó las piernas abiertas
 y los labios benjamines separados
 para que yo
 escuálido oso de luenga lengua
 pudiera sorber
las hormigas que bullían (22)

            La infancia, que ocupa un lugar importante en la narrativa de Parra, está permeada por el erotismo. En Párrafos, parrafitos y unas crónicas, los relatos que abren el libro son contados por un niño. Aquél niño que pregunta qué son esas cosas titilando en lo oscuro, éste que es insultado por entrar en una habitación donde su prima se medía un sujetador nuevo, ese otro que se maravilla de la belleza transexual de la vendedora de Avón son el mismo niño de todos los relatos.

            Su cualidad de breve lo convierte en el colmillo exacto que rasga la carne. Parra escribe con libertad, con carácter lúdico, atendiendo a las exigencias esenciales de lo breve: contundencia. Sus relatos gozan de precisión y sustancia. En suma, la obra de Parra se nutre del humor, el sarcasmo, la burla y el erotismo. Su fijación con la boca lo hace un poeta carnal, no el romántico de besos, sino el agresivo de arrancamientos y desgarres, y aunque Parra es un poeta carnal, nos entrega sólo la médula. Si una de las funciones básicas de la literatura es el disfrute, leyendo a Parra se cumple. Su cercanía lo hace universal. Ante una literatura que se dirige a la academia o hacia los mismos colegas escritores, Parra es generoso y escribe para sectores mucho más extensos y justo allí radica su grandeza.
           


__________
1 Elizabeth Cruz Madrid, “La poesía, buena como el pan”,  Presidencia de la República, http://fox.presidencia.gob.mx/buenasnoticias/index.php?contenido=16714, Febrero 2005
2 Raúl Parra, Párrafos, parrafitos y unas crónicas, México, Editorial Praxis, 2009, Pp. 49
3 Lucio Ceccarelli, Prosodia y métrica del latín clásico, España, Universidad de Sevilla, 1999, Pp. 89
4 Parra, 2009, Pp. 72
5 Parra, Para que un poeta lo escriba en la pared de un baño público, México, Editorial Praxis, 1992, Pp. 28
6 Parra, 2009, Pp. 50
7 Parra, 2009, Pp. 56
8 Francisco Hernandez, El corazón y su avispero, México, FCE, 2004, Pp. 15
9 Parra, 2009, Pp. 78
10 Oliverio Girondo, Obra completa, edición crítica, Raúl Antelo, España, ALLCA XX, 1999, Pp. 98
11 Varios, Archipiélago Carnal, México, Editorial Praxis, 1988, Pp. 44
12 Parra, 1992, Pp. 25
13 Raúl Parra, Poemas de la carne, México, Editorial Praxis, 2001, Pp. 21
14 Parra, 1992. Pp. 38
15 Op. cit. Pp. 39
16 Raúl Parra, La muerte sobre la muerte, México, Editorial Praxis, 1999, Pp. 10
17 Parra, 1992, Pp. 20
18 Parra, 1999, Pp. 15
19 Parra, 2001, Pp. 15
20 Parra, 2009, Pp. 53
21 Parra, 1992, Pp. 14
22 Parra, 2001, Pp. 12



Bibliografía

Oliverio Girondo, Obra completa, edición crítica, Raúl Antelo, España, ALLCA XX, 1999
Hernández, Francisco, El corazón y su avispero, México, FCE, 2004
Varios, Archipiélago Carnal, México, Editorial Praxis, 1988
Parra, Raúl, La muerte sobre la muerte, México, Editorial Praxis, 1999.
Parra, Raúl, Para que un poeta lo escriba en la pared de un baño público, México, Editorial
Praxis, 1992
Parra, Raúl, Párrafos, parrafitos y unas crónicas, México, Editorial Praxis, 2009
Parra, Raúl, Poemas de la carne, México, Editorial Praxis, 2001
Elizabeth Cruz Madrid, “La poesía, buena como el pan”,  Presidencia de la República, http://fox.presidencia.gob.mx/buenasnoticias/index.php?contenido=16714, Febrero 2005








Selección

(De Para que un poeta lo escriba en la pared de un baño público)


Tu nombre me llena la boca

Tu nombre me llena la boca de torrentes de agua fresca
desata una tempestad de diccionarios
las palabras naufragan
van a la deriva
y en silencio mueren en los oídos inútiles de los desamorados
Y cuando pasas frente a mí
y sonríes
y me miras
las navajas de tus labios rasgan las espirales de la soledad
y te comes mis ojos con tus ojos
y me dejas ciego de otras mujeres
y deseos





Qué tristemente hermoso es
  
Qué tristemente hermoso es
tiene la desgracia de ser el botón
que siempre
                            infinitamente
estará a punto de reventar
para escupirle al Sol sus pétalos negados
Esta flor invertida
vecina de la orquídea de Venus
es el misterio
el delicioso capullo de los coleópteros enfebrecidos
inconformes
que depositan con furia entre carne dulcísima
y anillos de seda
millones de hombres muertos





Para que un poeta lo escriba en la pared
de un baño público

PUTO
el
que
no
me
lea





Epígrafe

Cada nueva mujer
es la nostalgia por la próxima





(De Poemas de la carne)


El brillo de tu amor

En tu bragadura
un relámpago de carne





Rasgo

Mi padre vive en mí
Yo en mi hijo
El infierno se hereda





Conclusión

Para José Ludlow

Mi alma miente
mi carne no





(De ¡Hojas, Petra! Poenotas y narranadas)


Cogito, vergo sum.





Epitafio para un diabético

La vida se le fue por el pito.





¡
De chivito en precipicio





Poenota roja

¡Edipo chingó a su padre!





Otra poenota roja

Lo encontraron ahogado
en su propia mierda
literaria





El coño me @




Soy un árbol,
al pie del periférico,
al que le nace un edificio.





Cicliastés

Vialidad de vialidades,
todo es vialidad.





Ahíto

Para Guillermo Valle

Estoy enfermo de confort.




Mundo

Los gusanos tienen
en la mira
al mundo de ojetes
que te mira.





Dios te salve, verga mía,
llena eres de gracia.





Por ella palpito.
Por ella palpitó.
Por ella, pal’pito.





La chaqueta nacional

Anoche soñé
que ganábamos
el Mundial.





Latín vulgar

Tu cunis quiere mi lingus.





En el poder

La izquierda se ha vuelto siniestra;
la derecha, diestra.
¿Y el centro?
Permítame su atención estimado(a) lector (a)





En el principio fue el verbo.
En el final es la verborrea.




México, 2000

Él: ¿Deseas un pan? Es gratis.
Ella: Gracias. ¿Y el circo?
Él: Ése sí te va a doler, pero te va a costar.




Soliloquio

Estoy harto
HARTO
de necesitarlas
de contar a cada una de ustedes
mis huesos uno a uno
Estoy harto de escribir y describir el amor
mi amor
de que me despedacen y se traguen mi vida por teléfono
Estoy harto de ser un fantasma
                                                           YO
de que me digan pendejo
te quiero
me gustas
no me importa otro
te necesito
manda a la chingada
vete a la chingada
te saco de mi vida
no estoy enojada contigo
eres un cabrón
traté de compartir contigo mis cosas
¿por qué no dijiste nada?
te dejo el campo libre
t          quiero libre
Estoy harto de ver fotografías
de llorarle a los muertos
de que me compartan
de decir
de no decir
de que me corran
de mi casa
de tu casa
de los ya no quiero verte
búscate a otra
dame tiempo
no quiero compromisos
Estoy harto de convencerte que eres sensual
que quiero tu esqueleto
tus pendejadas de clase
tus discos rayados
la niña enclenque de las fotografías
Estoy harto de ser la imagen de tu padre
de tus trágate esto
de aceptarte en tu espacio
de no tener espacio
Estoy harto de que me digas que soy dramático
de que no quieras compartir tu muerte
si de todas maneras te vas a morir
y yo también
y todos nos vamos a morir
y si no lo aceptas
te vas a morir
pero más pinchemente
Estoy harto de los aquí no ha pasado nada
de largarme a las dos de la mañana
de morder la Luna a solas
de lamer el rocío de los prados
el vaho de los borrachos como yo
las miasmas de los perros
de cargarte los muebles
de cargarte tus romances y amantes
de tus no tengo amantes
si amantes son los que me aman y no hago el amor con ellos
de tus ¿por qué le hablaste?
de tus te necesito
de acudir cuando me necesitas
de que me exijas mi libertad
y no tengas la tuya
Estoy harto de que me digan que soy niño
y jugar a las escondidas
de que me digan deshonesto
y me roben tu tiempo
mi tiempo
de satisfacer vanidades
de traicionar a mis amigos
de traicionarme
Estoy harto
de que cuando quiero hablar y decir la verdad
me convenzan de que la verdad es otra
de
curar
            angustias
                        cuando lo que quiero
                                                           es que curen las mías
Estoy harto de saber que todo es ya nada
de que las palabras no sean más que eso
unas letras escritas o pronunciadas
un absurdo
un signo
Estoy harto de que ni tú ni tú pidan pidieran nada
del lenguaje sin palabras
de no buscar lo que quiero
que del cielo me caigan las oportunidades
Estoy harto de que no comprendan lo que digo
yo te lo he dicho
                        a ti también
que quiero tu piel
tus cicatrices
tu sangre
tu hambre
tus mendrugos de caricias
Estoy harto
                        de amarte
                                               y también a ti
y de que no me crean
que las dos me sean necesarias
de no poder mandar a la chingada a ninguna
y no aceptar a una sola
de que se encabronen al leer esto
de escribir esto encabronado
                                               jodido
                                                           traicionado
jodiendo
            traicionando
conjugando
            conjurando
Estoy harto de sus echarme a la calle
de sus no hacer el amor
de mi verga y almas solitarias
Estoy harto por quererme morir
por ti
por ti
por mí
por pendejo
por todo
Estoy harto de esperar una llamada
de sus sueños
de mi insomnio
Estoy harto por no querer perderlas
y porque ya las perdí
porque no comprenderán esto
porque yo no lo comprendo
porque nadie lo comprende
por haber llegado tarde
por haber llegado
por haber
por