Bitácora de literatura: traducción de poesía, sátiras, poemas, fábulas, epístolas, epigramas, aforismos, crónicas, antologías...

jueves, 2 de julio de 2015

Entrada 106: Fábulas de Ambrose Bierce (1842-circa 1914).

Fábulas de Ambrose Bierce (1842-circa 1914).










Ambrose Gwinnett Bierce (1842-circa 1914). Nació en Meigs, Ohio. Escritor y periodista estadounidense de tono satírico, cuya muerte se desconoce dónde y cuándo ocurrió. En diciembre de 1913 se unió al ejército de Francisco Villa, para desaparecer sin dejar rastro. El novelista mexicano, Carlos Fuentes, escribió una novela inspirada en sus últimos días, intitulada Gringo viejo. Bierce fue autor del célebre y corrosivo Diccionario del Diablo.





De Fantastic Fables (1899)
Traducción directa del inglés: César Abraham Navarrete Vázquez.



An Optimist

Two Frogs in the belly of a snake were considering their altered circumstances.

“This is pretty hard luck,” said one.

“Don’t jump to conclusions,” the other said; “we are out of the wet and provided with board and lodging.”

“With lodging, certainly,” said the First Frog; “but I don’t see the board.”

“You are a croaker,” the other explained.  “We are ourselves the board.”



Un optimista

Dos ranas consideraban su circunstancia en el vientre de una víbora. 

—Esto es mala suerte —afirmó una.

—No adelantes conclusiones —respondió la otra—; no padecemos de humedad y se nos provee de comida y alojamiento.

—De alojamiento, ciertamente —aseguró la primera rana—; pero no veo la comida.

—¡Eres un animal! —explicó la otra. Nosotras somos la comida.





The Dog and the Physician

A Dog that had seen a Physician attending the burial of a wealthy patient, said: “When do you expect to dig it up?”

“Why should I dig it up?” the Physician asked.

“When I bury a bone,” said the Dog, “it is with an intention to uncover it later and pick it.”

“The bones that I bury,” said the Physician, “are those that I can no longer pick.”



El perro y el médico

Un perro que vio asistir a un médico al sepelio de un paciente adinerado, le preguntó: —¿Cuándo lo desenterrarás?

—¿Por qué habría de hacerlo? —respondió el médico.

—Cuando entierro un hueso —dijo el perro—, lo hago con la intención de escarbar más tarde para roerlo.

—Los huesos que yo sepulto —puntualizó el médico— son aquellos que ya no puedo roer.





The Devoted Widow

A Widow weeping on her husband’s grave was approached by an Engaging Gentleman who, in a respectful manner, assured her that he had long entertained for her the most tender feelings.

“Wretch!” cried the Widow. “Leave me this instant!  Is this a time to talk to me of love?”

“I assure you, madam, that I had not intended to disclose my affection,” the Engaging Gentleman humbly explained, “but the power of your beauty has overcome my discretion.”

“You should see me when I have not been crying,” said the Widow.



La viuda devota

A una viuda que lloraba sobre la tumba de su esposo, se le acercó un caballero encantador, quien, con modales respetuosos, le aseguró que hacía mucho tiempo que albergaba los más tiernos sentimientos por ella. 

—¡Infeliz! —gritó la viuda. ¡Aléjese! ¿Acaso es momento para hablarme de amor?

—Le aseguro, señora, que no tenía previsto revelar mi cariño —explicó humildemente el caballero encantador—, pero el poder de su belleza superó a mi discreción.

—Debería verme cuando no he llorado —aseveró la viuda.





The Compassionate Physician

A Kind-Hearted Physician sitting at the bedside of a patient afflicted with an incurable and painful disease, heard a noise behind him, and turning saw a cat laughing at the feeble efforts of a wounded mouse to drag itself out of the room.

“You cruel beast!” cried he.  “Why don’t you kill it at once, like a lady?”

Rising, he kicked the cat out of the door, and picking up the mouse compassionately put it out of its misery by pulling off its head. Recalled to the bedside by the moans of his patient, the Kind-hearted Physician administered a stimulant, a tonic, and a nutrient, and went away.



El médico compasivo

Un médico compasivo se sentó en la cabecera de la cama de un paciente que sufría de una enfermedad incurable y dolorosa. Escuchó un ruido detrás de él, y al volverse vio a un gato reírse de los débiles esfuerzos de un ratón herido al tratar de salir del cuarto.

—¡Bestia cruel! —reprendió. ¿Por qué no lo matas enseguida, como un caballero?

Se levantó, pateando al gato fuera, y recogió al ratón compasivamente; acabó con su desgracia y le arrancó la cabeza. Llamado a la cabecera por los quejidos de su paciente, el médico compasivo le administró un estimulante, un tónico y un nutriente, y se fue.





The Overlooked Factor

A Man that owned a fine Dog, and by a careful selection of its mate had bred a number of animals but a little lower than the angels, fell in love with his washerwoman, married her, and reared a family of dolts.

“Alas!” he exclaimed, contemplating the melancholy result, “had I but chosen a mate for myself with half the care that I did for my Dog I should now be a proud and happy father.”

“I’m not so sure of that,” said the Dog, overhearing the lament. “There’s a difference, certainly, between your whelps and mine, but I venture to flatter myself that it is not due altogether to the mothers.  You and I are not entirely alike ourselves.”



El factor ignorado

Un hombre que poseía un perro de raza, y que, mediante una cuidadosa selección de su pareja, había criado una cantidad de animales un poco inferior a los ángeles, se enamoró de su lavandera; se casó con ella y engendró una familia de idiotas.

—¡Ay! —exclamó, contemplando el deprimente resultado. Si yo hubiera elegido una pareja para mí con la mitad de cuidado con que lo hice para mi perro, ahora sería un padre orgulloso y feliz.

—No estoy seguro de ello —advirtió el perro, escuchando el lamento. Ciertamente, hay una diferencia entre tus cachorros y los míos; pero me atrevo a sugerir que no se debe enteramente a las madres. Tú y yo no nos parecemos absolutamente en nada.





A Statesman

A Statesman who attended a meeting of a Chamber of Commerce rose to speak, but was objected to on the ground that he had nothing to do with commerce.

“Mr. Chairman,” said an Aged Member, rising, “I conceive that the objection is not well taken; the gentleman’s connection with commerce is close and intimate. He is a Commodity.”



Un hombre de Estado

Un hombre de Estado que asistía a una reunión de la Cámara de Comercio se puso de pie para hablar, pero se le objetó, argumentando que no tenía nada que ver con el comercio.

—Señor presidente —dijo un anciano miembro, levantándose—, considero que la objeción no se sustenta bien; la relación entre el caballero y el comercio es cercana e íntima: él mismo es una mercancía.





The Justice and His Accuser

An eminent Justice of the Supreme Court of Patagascar was accused of having obtained his appointment by fraud.

“You wander,” he said to the Accuser; “it is of little importance how I obtained my power; it is only important how I have used it.”

“I confess,” said the Accuser, “that in comparison with the rascally way in which you have conducted yourself on the Bench, the rascally way in which you got there does seem rather a trifle.”



El juez y su acusador

A un eminente juez de la Suprema Corte de Patagascar se le acusó de obtener su cargo fraudulentamente.

—Piense —dijo el juez al acusador— que tiene poca importancia cómo conseguí mi poder; sólo importa cómo lo he usado.

—Le concedo —respondió el acusador— que en comparación con la manera ruin con la que se condujo en el tribunal, el desvergonzado modo como llegó ahí, parece bastante insignificante. 


sábado, 21 de febrero de 2015

Entrada 105: El adiós de un pañuelo: un poema de Vítězslav Nezval (1900-1958).




Fragmento del noticiario cultural Noticias 22 de Canal 22,
en que se presentó la cápsula (Miércoles, 4 de marzo de 2015).





Vínculo al portal de la Agencia N22, en que se difundió por primera vez la sección.





Sbohem a šáteček, Adiós y un pañuelo, de Vítězslav Nezval (1900-1958).

Idea, edición y postproducción: César Abraham Navarrete Vázquez
Motion Graphics: Danny González
Locución de la semblanza: Rafael García Villegas
Música: Vltava, Moldava, de Bedřich Smetana (1824-1884)
Locución del poema: Bianka Jimena Estrada Morales 
Música: Sbohem a šáteček, Adiós y un pañuelo, de Vítězslava Kaprálová (1915-1940)





El adiós de un pañuelo: un poema de Vítězslav Nezval (1900-1958).




I.
Vítězslav Nezval nació el 26 de mayo de 1900 en Biskoupky, poblado de la Moravia del Sur del entonces Imperio austrohúngaro. Desde su infancia, que transcurrió en Šamikovice, se interesó por la escritura y la música, debido a propensiones familiares —su padre fue alumno del compositor Leoš Janáček. Después de la Primera Guerra Mundial, y una vez instalado en Praga, participó activamente de la vida artística que bullía en la ciudad. En 1922 fundó junto a Karel Teige el grupo Devětsil, Nueve fuerzas, que propugnaba inicialmente por una estética proletaria que devino en vanguardia para constituir entre 1923 y 1924 el Poetismus, Poetismo —la antología de la poesía francesa contemporánea que tradujo en la década de los veintes el escritor Karel Čapek, a quien se le atribuye la acuñación del término robot; así como el dadaísmo, fueron fundamentales. En 1924 ingresó al Partido Comunista. Posteriormente, el surrealismo permeó en sus concepciones vital y escritural —hay que recordar que dicho movimiento vinculó a París con Praga, y propició el encuentro de artistas con visitas e influencias recíprocas. Durante los años del Fascismo, se erigió en uno de sus principales opositores. Sin embargo, a la llegada del régimen comunista al poder en 1948, a diferencia de algunos de sus antiguos contertulios, Nezval se subyugó ante ellos, convirtiéndose en «Artista nacional» —esto no lo eximio de las críticas de los jóvenes escritores sobre su pasado.

En 1983, Jaroslav Seifert —de quien otrora traduje tres poemas en esta bitácora—, como único sobreviviente, repasa la existencia de los poetas checos de su generación en el poema Homenaje a Vladímir Holan. Cuando toca el turno de su otrora cofrade vanguardista, escribe: «Se rompió una de las ramas fuertes / del árbol de la poesía». Murió «inesperadamente en Pascua», el 6 de abril de 1958. Sus restos yacen en el cementerio de Vysehrad. 

Pese a que la figura de Vítězslav Nezval aún se encuentra marcada por el estigma de su militancia política, su estilo artístico de la preguerra —evidentemente más revolucionario—, lo sitúa como uno de los innovadores de la lengua y el imaginario checos —por ejemplo, no es fortuito que el poeta Iósif Brodsky lo tradujera al ruso.

II.
El escrito que se traduce a continuación da título al poemario de 1934. Se trata de un libro concebido a raíz de los viajes que Nezval emprendió por Italia y Francia dos años antes. 

En 1937, Vítězslava Kaprálová —quien falleció de tuberculosis miliar a los veinticinco años en Montepellier, Francia— musicalizó el poema cuando fungía como directora de la Orquesta Filarmónica Checa. Tres años más tarde, Jeroným Rafael Kubelík, admirador y promotor de la obra de la malograda compositora, estrenó la versión orquestal.

En el decurso, «Adiós y un pañuelo» se convirtió en una suerte de oración fúnebre para el apesadumbrado pueblo bohemio.





Sbohem a šáteček

Sbohem a kdybychom se nikdy nesetkali
bylo to překrásné a bylo toho dost
Sbohem a kdybychom si spolu schůzku dali
možná že nepřijdem že přijde jiný host

Bylo to překrásné žel všecko má svůj konec
Mlč umíráčku mlč ten smutek já už znám
Polibek kapesník siréna lodní zvonec
tři čtyři úsměvy a potom zůstat sám

Sbohem a kdybychom si neřekli už více
ať po nás zůstane maličká památka
vzdušná jak kapesník prostší než pohlednice
a trochu mámivá jak vůně pozlátka

A jestli viděl jsem co neviděli jiní
tím lépe vlaštovko jež hledáš rodný chlév
Ukázalas mi jih kde máš své hnízdo v skříni
Tvým osudem je let mým osudem je zpěv

Sbohem a bylo-li to všecko naposledy
tím hůře mé naděje nic vám už nezbude
Chcem-li se setkati nelučme se radš tedy
Sbohem a šáteček Vyplň se osude!



Traducción directa y reversión del checo de César Abraham Navarrete Vázquez.



Adiós y un pañuelo

Adiós y si nunca nos volvemos a encontrar
fue hermoso y fue suficiente.
Adiós y si nos reunimos en una cita,
quizá no llegaremos o llegará otro invitado.

Fue hermoso, infortunadamente todo tiene su fin.
Silencien, tañidos, silencien, esa tristeza que ya conozco.
Un beso, un pañuelo, una sirena, una campana de barco,
tres o cuatro sonrisas, y después quedar solo.

Adiós y si nada más resta por decir,
nos quedará un pequeño recuerdo
ligero como un pañuelo, más simple que una postal
y un poco ilusorio como el recubrimiento del oro.

Y si he visto lo que los otros no vieron,
así será mejor, golondrina, que buscas tu pajarera natal.
Me mostraste el sur donde el armario alberga tu nido.
Tu destino es el vuelo; el mío, el canto.

Adiós y si todo se dio por última vez
así será peor, ya no tendrás nada, mi esperanza. 
Por tanto, será mejor no despedirse.
El adiós y un pañuelo te completen, Destino.

__________
Notas del traductor. 
Pese a que, estructuralmente, el poema parece «tradicional» por la rima, ya se distinguen algunos rasgos vanguardistas como la falta de puntuación. Asimismo, el anti-lirismo de Nezval aflora y prevalece sobre el aparente tono sentimentalista.
v. 6 Opté por la palabra «tañidos» para sustituir el «doble (de las campanas)». Interesante ejercicio el de la traducción, que me permitió dar con términos desconocidos en mi propia lengua. Me explico. Así como el «doble» es el «toque de campanas por los difuntos»; una de las acepciones de «clamor» significa lo mismo. Es digno de mencionar la perspicacia de Nezval al repetir en dos ocasiones el verbo mlčet, callar, cuando escribe sobre «el sonido mortuorio de las campanas», pues genera en el lector una suerte de explosiones sensoriales, ora visuales, ora auditivas.
v. 12 El autor ensaya su vena experimental, jugando con los sentidos. En una locución en que lo natural sería un verbo que aludiera a la vista, emplea vonět para «oler el falso resplandor dorado».   
v. 14 Aquí se aprecian las influencias de Arthur Rimbaud y del verso 32 de Le bateau ivre, El barco ebrio: Et j’ai vu quelquefois ce que l’homme a cru voir !, ¡Y vi, alguna vez, lo que el hombre creyó ver! 



(Reversión)

Adiós y una despedida

Adiós, y si nunca nos vemos de nuevo,
fue hermoso y fue suficiente.
Adiós, y si nos reunimos,
acaso asista yo, o lo haga alguien más.

Fue hermoso, pero todo alcanza su final.
Calla, clamor, la tristeza que ya reconozco.
El beso, el pañuelo, la sirena, la campana marina,
tres o cuatro sonrisas, para luego quedarme solo.

Adiós y si nada más nos queda por decir,
atesoremos un pequeño recuerdo
frágil como pañuelo, sencillo como postal,
y un tanto falso como el brillo de la fantasía.

Será mejor haber visto lo que los demás no vieron,
golondrina en busca de su jaula original.
Me señalaste el sur en cuyo armario anidaste.
Tu destino es volar; el mío, cantar.

Adiós y si todo aconteció por última vez
será peor, pues ya nada tendrás, esperanza mía. 
No nos despidamos entonces.

Que el adiós y una despedida conformen nuestro destino.


sábado, 31 de enero de 2015

Entrada 104: Homenaje a Raúl Parra (1958-2008).

Homenaje a Raúl Parra (1958-2008).



Soy de un pueblo
de Guerrero
donde, al lado,
atrás,
enfrente
de los billares
y el templo,
huele a meados
y cerveza,
pero las más
de las veces
huele a heces
de cuche
y cristianos
guerrerenses.

Patriochiquero.






El poeta y narrador, Raúl Parra, nació en Tecpan de Galeana, Guerrero, en 1958, y murió en la Ciudad de México en 2008. El rescate y la publicación de su obra se deben a Carlos López de la Editorial Praxis.

Francisco Trejo en Los coleópteros enfebrecidos, Muestra de poesía universitaria de la UACM (págs. 17-19), escribe:

Este libro, además de ser una muestra de poesía universitaria, es también un homenaje a Raúl Parra (1958-2008), poeta y narrador, ganador del Premio Nacional de Poesía Alí Chumacero 1999. Su obra y su personalidad se resumen en los siguientes libros: Para que un poeta lo escriba en la pared de un baño público, La muerte sobre la muerte, Poemas de la carne, ¡Hojas, Petra! Poenotas y Narranadas y, póstumamente, Párrafos, parrafitos y unas crónicas, todos ellos publicados por Editorial Praxis.

Las personas que conocieron a Raúl Parra concuerdan que era un hombre sumamente inteligente y dotado de un gran sentido del humor. “Parra usaba el cabello largo y había perdido sus dos piernas y un brazo; pero, a pesar de ello, tenía la capacidad de burlarse de sí mismo diciendo que era afortunado por ser uno dentro de un millón de personas con la enfermedad que lo iba degradando”. Comenta José P. Serrato, su alumno, por medio de quien conocí la obra de este poeta guerrerense. Una muestra del humor de Parra ante su enfermedad es el siguiente poema autobiográfico:


Símil

Mi coche
como mi vida
se está cayendo a pedazos


Sin duda, la obra de Parra, escrita con pulso irreverente, merece ser leída y discutida. Este poeta dejó escuela y abrió las puertas de la creación en las diversas generaciones de sus talleres. La principal razón por la que me atrajo la poesía de Parra es su profunda madurez de pensamiento. Este tipo de poesía está libre de adornos y se limita a plasmar el pensamiento a través de la brevedad. En su libro ¡Hojas, Petra! Poenotas y Narranadas, Raúl Parra nos muestra su arte poética en una poenota: “La vida es breve, mi poesía más”. Su obra apuesta por las formas breves, lo que hace del autor un sujeto inteligente que exige a sus lectores complicidad y capacidad de entendimiento. [...]

La poesía desnuda es lo que buscó Parra en la brevedad de sus poemas que logran una enorme contundencia. No es necesario extenderse para proponer algo; un buen poema puede decir muchas cosas en unos cuantos versos, puede sacudir al lector y derrumbarlo en una alfombra de sentimientos.

Parra es un poeta cuasi desconocido, un poeta de culto que ha dejado una estela y una visión de la poesía digna de reflexionarse. Este homenaje es una invitación a su lectura.


Asimismo, Lázaro Tello Pedró redactó este texto esclarecedor sobre el autor, que empleo como preámbulo a la selección:







Raúl Parra: escritor mínimo y escritor de la carne


La obra de Raúl Parra entra en el calificativo de mínima. Su máxima es “La vida es breve, mi poesía más”. Cuando se le preguntaba el porqué del género corto, Parra contestaba que al tratar de escribir un texto más allá de la cuartilla, éste se le malogra, y queda con esa inconsistencia comparada a la de un pan, cuyo exterior está cocido, pero con el interior aún crudo1. A diferencia de las novelas que necesitan un cinturón enorme para contener y delimitar su universo, el cuento y la poesía gozan de mayor libertad: no hay peso de suntuosos collares ni de indumentaria innecesaria. Y aunque haya muchos que ornamentan la poesía y el cuento, Parra la trabaja desnuda. (2)

            Es a partir de su segunda obra, Para que un poeta lo escriba en la pared de un baño público, que nos reafirma lo breve. Quiero decir aquí algunas cosas acerca del título, que para algunos es poco afortunado. Usar un título larguísimo, incluso más que muchos de sus poemas, es una crítica para quienes creen que en la extensión está lo literario y que con dos líneas no se puede hacer literatura. Además, el título es una referencia a uno de los aspectos que Parra utilizará a lo largo de su obra: la urbanidad; sin embargo, decir que Parra es un poeta urbano o un poeta de la calle es amputarle un miembro a su cuerpo y a su poesía, que no sólo se ubica en la Ciudad de México, sino que también sucede en algunos parajes de su natal Guerrero.

            El haikú, el dístico y el epigrama son los contenedores perfectos para la labor de lo minúsculo; sin embargo, a Parra, el haikú no parece servirle del todo, aunque tenga aciertos. En cambio el dístico, que Ennio ya utilizaba como epigrama desde la época romana, (3) se acomoda perfectamente a la poética de Parra:


Al modo de don Julio

La perdición de los sabios
son las asnitas mujeres. (4)


            “Reclamo místico” es uno de sus mejores epigramas, por la agudeza del humor, su precisión en el lenguaje y su vigencia. En este texto se le demanda a Dios ¿Dónde está la mujer decente y cachonda, detrás de qué taza de café se oculta dibujando vergas exquisitamente ornamentadas en su mantelito de papel?, ¿En qué baño antiséptico estampa su vulvita monográfica? (5) La obra de Parra apunta hacia el sarcasmo y la burla, muchas veces incluyéndose a sí mismo.

            Una extraña enfermedad llamada Buerger (tromboangeítis obliterante) obstruye la correcta circulación de la sangre, ocasionando la necesidad de amputar dedos, piernas y brazos. En el periodo final de su vida, Parra anduvo sobre silla de ruedas, sin dos piernas y un brazo. A esta tragedia, el poeta responde con humor y admite tener la fortuna de ser uno entre millones con ese mal ocasionado por su fuerte adicción al tabaco. Una de las funciones de la literatura es tamizar las experiencias para quien escribe:


Cuando tenía patas,
era tachado de vago
caliente y vil;
ahora que ya no las tengo
y que ruedo en silla de ruedas mis erratas,
me dicen el Hot Wheel (6)


            Para un hombre que se iba acortando de tamaño, su literatura se dirigía con fuerza hacia lo breve. Una de las características de la brevedad es que permite lo lúdico en la escritura. Y más que permitir, me parece que es una necesidad. En la escritura brevísima no hay tiempo para desarrollar personajes, así que se utilizan los estereotipos o los personajes históricos y las frases hechas. Parra utiliza la antiquísima respuesta socrática y construye:


Sócrates después de coger

Ella: ¿Me amas?
Él: Yo sólo sé que no sé nada. (7)


            Esta inclinación hacia el juego cae hasta el grado de aventurarse con una sola palabra. Francisco Hernández, en su poemario Oscura coincidencia, tiene el mérito de haber conseguido armar un poema con una sola palabra.

Amortajados

amor
taja
dos (8)
           

            Parra, ayudado del calambur, escribe:

Los tres pasos de don Juan

Con ella
Contacto

Con ella
Con tacto

Con ella
Contactó (9)

            Y a todo esto ¿quién es Raúl Parra? Parra es un escritor que nació en 1958 en Tecpan de Galeana, Guerrero, y es el ejemplo del manejo de dos géneros que constituyen a un mismo escritor. Desde su primera publicación, Archipiélago Carnal, nos adelantó que trabajaría la prosa y el verso. Tiene del poeta la mirada y del narrador el olfato, para ponerlo en términos sensoriales. Oliverio Girondo, en su libro Espantapájaros, nos habla de la transmigración, arte que consiste en mudar el alma de un cuerpo a otro para apreciar el mundo desde la mejor perspectiva: “una cosa es mirar el mar desde la playa, otra contemplarlo con unos ojos de cangrejo”10. Parra parece haber tomado lección:


No moriré aún
todavía no te he contado mi infancia
cuando mi abuelo ciego ya
me montaba en su burra
y recorríamos con los ojos del animal
las imágenes perdidas del viejo (11).


            Desde sus primeros cuatro textos narrativos aparecidos en Archipiélago Carnal, Parra ya utiliza las palabras coloquiales y comunes, siempre buscando lo informal, pues creía que uno de los males en las letras mexicanas era el exceso de solemnidad.

            El poeta español Juan Carlos Mestre dice en entrevista que los límites de la poesía están en las posibilidades de la imaginación; así que la comparación “densa como un flan derretido en la banqueta” resulta válida, no por el carácter convincente o real de la banqueta o el flan, sino porque la imaginación lo posibilita. Podemos hablar entonces de la metáfora de vehículo coloquial, que parte de cualquier hecho considerado cotidiano. Parra evita el rodeo: “Yo solo quiero decir / hoy tengo ganas de decir / tengo el corazón tirante como una liga a punto de romperse”. (12) No hay adorno, sino poesía llana, o en sus palabras: poesía desnuda. Otra de las características de su informalidad es el uso de las “malas palabras” en su discurso, palabras como madrear, carajos, pendejos y chingadas aparecen sin ningún signo de autocensura.


Parra por él mismo      

            ¿Cómo se califica a sí mismo en su poesía? Parra es la bestezuela enferma alimentada por la conciencia y ternura de su madre, es un animal rumiante de palabritas de amor, un cabeza dura, un chorlito, un tipo con el cerebro en los huevos y cuyos pensamientos no caben en ninguna parte, salvo en la estrecha humedad de una vagina. El carácter autobiográfico en su poesía es dominante. En el relato “Tarzán”, su pareja le pregunta si quiere tener un hijo. Parra evade la pregunta con el gesto que lo ha salvado siempre: su sonrisa. Cuando lo visitan, las mujeres caminan de puntitas para no tocar el infierno en el que vive. Aquí su autorretrato, donde nos muestra el carácter visceral de su poesía.


Autorretrato

Luminoso de las tripas
oscuro de la sesera (13)


            En “Soliloquio”, el poema más largo que tiene, no le da miedo mostrarse por completo, aunque esté presente el riesgo latente de caer en lo cursi y en el sentimentalismo. Culpa a Sabines y a Huidobro por haberles hecho adentrarse en el terreno de lo poético. Vivía tan tranquilo sin la poesía y ahora lo vemos allí, con la cabeza llena de mar y las palabras llenas de hormonas. (14)

            Es así que entramos en el terreno de su poética. Parra tiene varios poemas donde habla del oficio de escribir y nos muestra, por un lado, que escribir es un acto hacia la libertad. ¿Quién puede sujetar o contener el acto de escribir del otro? Escribir es una maldición, es la maldición tuya, mía, de todos. Con la garganta hinchada como un sapo, arrojamos las palabras al mundo, causando peste y enfermedad. (15) Surge así la inevitable pregunta que hace tumbos en su cabeza: ¿quién da la voz y quién la autoriza?

            Su labor literaria no sólo se concentra en sus libros. Raúl Parra fue profesor de literatura por poco más de veinte años en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM e impartió talleres de creación literaria en la Casa del Lago de Chapultepec. Esta labor como profesor ha contribuido a la creación de una fila de escritores de alta calidad, poetas y narradores que actualmente participan activamente en la literatura.


La carne como fijación

            El poeta serio y solemne, frente al corte de carne, saca su instrumentación y corta delicadamente con el cuchillo, clava el tenedor y se lo lleva a la boca; termina la acción limpiándose con un pañuelo blanquísimo. Parra no necesita de instrumentos innecesarios y se hace de la carne directamente con la boca y las manos. Todos los ejercicios de la boca se hacen patentes: morder, masticar, chupar, sorber las tripas, la pulpa del durazno, los tuétanos, la médula.

            La boca es la privilegiada y toda la carga satisfactoria está en ella. Si Neruda dice: “tu pecho de pan, alto de clima”, Parra se devora ese pan. El amor en Parra es un sabor al que se le quita la coraza; es diente y mordedura; es tragar, comer, masticar, chupar, regurgitar la carroña, la pulpa, el papel maché y el engrudo; son los santos óleos que se otorgan de boca en boca o el beso que brinca de una a una. Incluso, el acto de comer cae en la antropofagia. Parra recomienda comerse a los amores muertos y hacer como el lagarto, que antes de comer a sus presas las deja reblandecer sobre el humus de la tierra. Así se elabora un rito, cuyo fin es la confección de un collar que protegerá como un escudo cuando se salga a cazar en las noches de luna. (16) Todo se convierte en un acto con la boca, hasta el amor hacia la madre se transforma en un goce bucal: “Mi madre me gusta como me gusta mi cigarro / o el sabor de tu boca cuando acabas de fumar” (17)

            Orgasmo y  muerte son condiciones recíprocas, y gracias al erotismo en el orgasmo cabe la muerte.


Evangelis

Alégrate, alégrate, me dices
mi buena muerte viene (18)


            Podemos resumir orgasmo y muerte en el acto de matar a una mosca que mientras goza de una miga de pan, mientras saborea una gota de miel o una cagarruta de perro, muere de un solo golpe, quedando perdida y aplastada entre sus manjares exquisitos. Esta cualidad de lo carnal hace que Parra se cure de las musas. No atiende a los amores platónicos: “ni espíritus / ni almas gemelas / simplemente tu carne” (19). Y aunque visita el lugar común de la piel blanca, decide hacerlo desde otra blancura como la del arroz humeante y recién hervido. No sólo la carne, con toda la implicación sexual que tiene, ocupa un lugar importante en su poesía, se le suman los fluidos: la saliva, los orines, el sudor, la sangre menstrual. La ciudad es personificada y adquiere la capacidad de las excrecencias:


En abril

Las citadinas jacarandas
manchan con el lila menstrual
su negro calzón de asfalto (20)


            Fernando de Ita, en el prólogo de Para que un poeta lo escriba en la pared de un baño público, decía que la voz ya estaba, y que sólo faltaba alcanzar la redondez. (21) Ésto sin duda se alcanza en La muerte sobre la muerte y culmina en Párrafos, parrafitos y unas crónicas, libro donde en cada texto se percibe un grado de mayor de elaboración y donde el tono personal es mucho más definido. La ubicación geográfica de los relatos y de la poesía de este libro están en Guerrero y la Ciudad de México. Un teléfono público, la hilera de luces de los postes eléctricos, los vagones del metro, el interior de un bar o de un automóvil son los disparadores para su labor literaria.

            La época más intensa de su vida la vivió dentro de un hospital. Poemas de la carne, premio de poesía Alí Chumacero, es la obra escrita dentro de este periodo. Raúl dice haber cambiado el enfoque de la mirada, el erotismo es otro, de otra factura. Y es cierto, si en un principio tenía que ser más directo y explícito, aquí hay un nuevo direccionamiento del erotismo, se vale de imágenes importadas del mundo vegetal o animal para calificar de otra manera lo que ha venido haciendo desde el principio de su carrera poética.


Veinticuatro palabras

Ella soportó las piernas abiertas
 y los labios benjamines separados
 para que yo
 escuálido oso de luenga lengua
 pudiera sorber
las hormigas que bullían (22)

            La infancia, que ocupa un lugar importante en la narrativa de Parra, está permeada por el erotismo. En Párrafos, parrafitos y unas crónicas, los relatos que abren el libro son contados por un niño. Aquél niño que pregunta qué son esas cosas titilando en lo oscuro, éste que es insultado por entrar en una habitación donde su prima se medía un sujetador nuevo, ese otro que se maravilla de la belleza transexual de la vendedora de Avón son el mismo niño de todos los relatos.

            Su cualidad de breve lo convierte en el colmillo exacto que rasga la carne. Parra escribe con libertad, con carácter lúdico, atendiendo a las exigencias esenciales de lo breve: contundencia. Sus relatos gozan de precisión y sustancia. En suma, la obra de Parra se nutre del humor, el sarcasmo, la burla y el erotismo. Su fijación con la boca lo hace un poeta carnal, no el romántico de besos, sino el agresivo de arrancamientos y desgarres, y aunque Parra es un poeta carnal, nos entrega sólo la médula. Si una de las funciones básicas de la literatura es el disfrute, leyendo a Parra se cumple. Su cercanía lo hace universal. Ante una literatura que se dirige a la academia o hacia los mismos colegas escritores, Parra es generoso y escribe para sectores mucho más extensos y justo allí radica su grandeza.
           


__________
1 Elizabeth Cruz Madrid, “La poesía, buena como el pan”,  Presidencia de la República, http://fox.presidencia.gob.mx/buenasnoticias/index.php?contenido=16714, Febrero 2005
2 Raúl Parra, Párrafos, parrafitos y unas crónicas, México, Editorial Praxis, 2009, Pp. 49
3 Lucio Ceccarelli, Prosodia y métrica del latín clásico, España, Universidad de Sevilla, 1999, Pp. 89
4 Parra, 2009, Pp. 72
5 Parra, Para que un poeta lo escriba en la pared de un baño público, México, Editorial Praxis, 1992, Pp. 28
6 Parra, 2009, Pp. 50
7 Parra, 2009, Pp. 56
8 Francisco Hernandez, El corazón y su avispero, México, FCE, 2004, Pp. 15
9 Parra, 2009, Pp. 78
10 Oliverio Girondo, Obra completa, edición crítica, Raúl Antelo, España, ALLCA XX, 1999, Pp. 98
11 Varios, Archipiélago Carnal, México, Editorial Praxis, 1988, Pp. 44
12 Parra, 1992, Pp. 25
13 Raúl Parra, Poemas de la carne, México, Editorial Praxis, 2001, Pp. 21
14 Parra, 1992. Pp. 38
15 Op. cit. Pp. 39
16 Raúl Parra, La muerte sobre la muerte, México, Editorial Praxis, 1999, Pp. 10
17 Parra, 1992, Pp. 20
18 Parra, 1999, Pp. 15
19 Parra, 2001, Pp. 15
20 Parra, 2009, Pp. 53
21 Parra, 1992, Pp. 14
22 Parra, 2001, Pp. 12



Bibliografía

Oliverio Girondo, Obra completa, edición crítica, Raúl Antelo, España, ALLCA XX, 1999
Hernández, Francisco, El corazón y su avispero, México, FCE, 2004
Varios, Archipiélago Carnal, México, Editorial Praxis, 1988
Parra, Raúl, La muerte sobre la muerte, México, Editorial Praxis, 1999.
Parra, Raúl, Para que un poeta lo escriba en la pared de un baño público, México, Editorial
Praxis, 1992
Parra, Raúl, Párrafos, parrafitos y unas crónicas, México, Editorial Praxis, 2009
Parra, Raúl, Poemas de la carne, México, Editorial Praxis, 2001
Elizabeth Cruz Madrid, “La poesía, buena como el pan”,  Presidencia de la República, http://fox.presidencia.gob.mx/buenasnoticias/index.php?contenido=16714, Febrero 2005








Selección

(De Para que un poeta lo escriba en la pared de un baño público)


Tu nombre me llena la boca

Tu nombre me llena la boca de torrentes de agua fresca
desata una tempestad de diccionarios
las palabras naufragan
van a la deriva
y en silencio mueren en los oídos inútiles de los desamorados
Y cuando pasas frente a mí
y sonríes
y me miras
las navajas de tus labios rasgan las espirales de la soledad
y te comes mis ojos con tus ojos
y me dejas ciego de otras mujeres
y deseos





Qué tristemente hermoso es
  
Qué tristemente hermoso es
tiene la desgracia de ser el botón
que siempre
                            infinitamente
estará a punto de reventar
para escupirle al Sol sus pétalos negados
Esta flor invertida
vecina de la orquídea de Venus
es el misterio
el delicioso capullo de los coleópteros enfebrecidos
inconformes
que depositan con furia entre carne dulcísima
y anillos de seda
millones de hombres muertos





Para que un poeta lo escriba en la pared
de un baño público

PUTO
el
que
no
me
lea





Epígrafe

Cada nueva mujer
es la nostalgia por la próxima





(De Poemas de la carne)


El brillo de tu amor

En tu bragadura
un relámpago de carne





Rasgo

Mi padre vive en mí
Yo en mi hijo
El infierno se hereda





Conclusión

Para José Ludlow

Mi alma miente
mi carne no





(De ¡Hojas, Petra! Poenotas y narranadas)


Cogito, vergo sum.





Epitafio para un diabético

La vida se le fue por el pito.





¡
De chivito en precipicio





Poenota roja

¡Edipo chingó a su padre!





Otra poenota roja

Lo encontraron ahogado
en su propia mierda
literaria





El coño me @




Soy un árbol,
al pie del periférico,
al que le nace un edificio.





Cicliastés

Vialidad de vialidades,
todo es vialidad.





Ahíto

Para Guillermo Valle

Estoy enfermo de confort.




Mundo

Los gusanos tienen
en la mira
al mundo de ojetes
que te mira.





Dios te salve, verga mía,
llena eres de gracia.





Por ella palpito.
Por ella palpitó.
Por ella, pal’pito.





La chaqueta nacional

Anoche soñé
que ganábamos
el Mundial.





Latín vulgar

Tu cunis quiere mi lingus.





En el poder

La izquierda se ha vuelto siniestra;
la derecha, diestra.
¿Y el centro?
Permítame su atención estimado(a) lector (a)





En el principio fue el verbo.
En el final es la verborrea.




México, 2000

Él: ¿Deseas un pan? Es gratis.
Ella: Gracias. ¿Y el circo?
Él: Ése sí te va a doler, pero te va a costar.




Soliloquio

Estoy harto
HARTO
de necesitarlas
de contar a cada una de ustedes
mis huesos uno a uno
Estoy harto de escribir y describir el amor
mi amor
de que me despedacen y se traguen mi vida por teléfono
Estoy harto de ser un fantasma
                                                           YO
de que me digan pendejo
te quiero
me gustas
no me importa otro
te necesito
manda a la chingada
vete a la chingada
te saco de mi vida
no estoy enojada contigo
eres un cabrón
traté de compartir contigo mis cosas
¿por qué no dijiste nada?
te dejo el campo libre
t          quiero libre
Estoy harto de ver fotografías
de llorarle a los muertos
de que me compartan
de decir
de no decir
de que me corran
de mi casa
de tu casa
de los ya no quiero verte
búscate a otra
dame tiempo
no quiero compromisos
Estoy harto de convencerte que eres sensual
que quiero tu esqueleto
tus pendejadas de clase
tus discos rayados
la niña enclenque de las fotografías
Estoy harto de ser la imagen de tu padre
de tus trágate esto
de aceptarte en tu espacio
de no tener espacio
Estoy harto de que me digas que soy dramático
de que no quieras compartir tu muerte
si de todas maneras te vas a morir
y yo también
y todos nos vamos a morir
y si no lo aceptas
te vas a morir
pero más pinchemente
Estoy harto de los aquí no ha pasado nada
de largarme a las dos de la mañana
de morder la Luna a solas
de lamer el rocío de los prados
el vaho de los borrachos como yo
las miasmas de los perros
de cargarte los muebles
de cargarte tus romances y amantes
de tus no tengo amantes
si amantes son los que me aman y no hago el amor con ellos
de tus ¿por qué le hablaste?
de tus te necesito
de acudir cuando me necesitas
de que me exijas mi libertad
y no tengas la tuya
Estoy harto de que me digan que soy niño
y jugar a las escondidas
de que me digan deshonesto
y me roben tu tiempo
mi tiempo
de satisfacer vanidades
de traicionar a mis amigos
de traicionarme
Estoy harto
de que cuando quiero hablar y decir la verdad
me convenzan de que la verdad es otra
de
curar
            angustias
                        cuando lo que quiero
                                                           es que curen las mías
Estoy harto de saber que todo es ya nada
de que las palabras no sean más que eso
unas letras escritas o pronunciadas
un absurdo
un signo
Estoy harto de que ni tú ni tú pidan pidieran nada
del lenguaje sin palabras
de no buscar lo que quiero
que del cielo me caigan las oportunidades
Estoy harto de que no comprendan lo que digo
yo te lo he dicho
                        a ti también
que quiero tu piel
tus cicatrices
tu sangre
tu hambre
tus mendrugos de caricias
Estoy harto
                        de amarte
                                               y también a ti
y de que no me crean
que las dos me sean necesarias
de no poder mandar a la chingada a ninguna
y no aceptar a una sola
de que se encabronen al leer esto
de escribir esto encabronado
                                               jodido
                                                           traicionado
jodiendo
            traicionando
conjugando
            conjurando
Estoy harto de sus echarme a la calle
de sus no hacer el amor
de mi verga y almas solitarias
Estoy harto por quererme morir
por ti
por ti
por mí
por pendejo
por todo
Estoy harto de esperar una llamada
de sus sueños
de mi insomnio
Estoy harto por no querer perderlas
y porque ya las perdí
porque no comprenderán esto
porque yo no lo comprendo
porque nadie lo comprende
por haber llegado tarde
por haber llegado
por haber
por