Fragmento del noticiario cultural Noticias 22 de Canal 22,
en que se presentó la cápsula (Miércoles, 4 de marzo de 2015).
Vínculo al portal de la Agencia N22, en que se difundió por primera vez la sección.
Sbohem a šáteček, Adiós y un pañuelo, de Vítězslav Nezval (1900-1958).
Idea, edición y postproducción: César Abraham Navarrete Vázquez
Motion Graphics: Danny González
Locución de la semblanza: Rafael García Villegas
Música: Vltava, Moldava, de Bedřich Smetana (1824-1884)
Locución del poema: Bianka Jimena Estrada Morales
Música: Sbohem a šáteček, Adiós y un pañuelo, de Vítězslava Kaprálová (1915-1940)
El adiós de un pañuelo: un poema de Vítězslav Nezval (1900-1958).
I.
Vítězslav Nezval nació el 26 de mayo de 1900 en Biskoupky, poblado de la Moravia del Sur del entonces Imperio austrohúngaro. Desde su infancia, que transcurrió en Šamikovice, se interesó por la escritura y la música, debido a propensiones familiares —su padre fue alumno del compositor Leoš Janáček. Después de la Primera Guerra Mundial, y una vez instalado en Praga, participó activamente de la vida artística que bullía en la ciudad. En 1922 fundó junto a Karel Teige el grupo Devětsil, Nueve fuerzas, que propugnaba inicialmente por una estética proletaria que devino en vanguardia para constituir entre 1923 y 1924 el Poetismus, Poetismo —la antología de la poesía francesa contemporánea que tradujo en la década de los veintes el escritor Karel Čapek, a quien se le atribuye la acuñación del término robot; así como el dadaísmo, fueron fundamentales. En 1924 ingresó al Partido Comunista. Posteriormente, el surrealismo permeó en sus concepciones vital y escritural —hay que recordar que dicho movimiento vinculó a París con Praga, y propició el encuentro de artistas con visitas e influencias recíprocas. Durante los años del Fascismo, se erigió en uno de sus principales opositores. Sin embargo, a la llegada del régimen comunista al poder en 1948, a diferencia de algunos de sus antiguos contertulios, Nezval se subyugó ante ellos, convirtiéndose en «Artista nacional» —esto no lo eximio de las críticas de los jóvenes escritores sobre su pasado.
En 1983, Jaroslav Seifert —de quien otrora traduje tres poemas en esta bitácora—, como único sobreviviente, repasa la existencia de los poetas checos de su generación en el poema Homenaje a Vladímir Holan. Cuando toca el turno de su otrora cofrade vanguardista, escribe: «Se rompió una de las ramas fuertes / del árbol de la poesía». Murió «inesperadamente en Pascua», el 6 de abril de 1958. Sus restos yacen en el cementerio de Vysehrad.
Pese a que la figura de Vítězslav Nezval aún se encuentra marcada por el estigma de su militancia política, su estilo artístico de la preguerra —evidentemente más revolucionario—, lo sitúa como uno de los innovadores de la lengua y el imaginario checos —por ejemplo, no es fortuito que el poeta Iósif Brodsky lo tradujera al ruso.
II.
El escrito que se traduce a continuación da título al poemario de 1934. Se trata de un libro concebido a raíz de los viajes que Nezval emprendió por Italia y Francia dos años antes.
En 1937, Vítězslava Kaprálová —quien falleció de tuberculosis miliar a los veinticinco años en Montepellier, Francia— musicalizó el poema cuando fungía como directora de la Orquesta Filarmónica Checa. Tres años más tarde, Jeroným Rafael Kubelík, admirador y promotor de la obra de la malograda compositora, estrenó la versión orquestal.
En el decurso, «Adiós y un pañuelo» se convirtió en una suerte de oración fúnebre para el apesadumbrado pueblo bohemio.
Sbohem a šáteček
Sbohem a kdybychom se nikdy nesetkali
bylo to překrásné a bylo toho dost
Sbohem a kdybychom si spolu schůzku dali
možná že nepřijdem že přijde jiný host
Bylo to překrásné žel všecko má svůj konec
Mlč umíráčku mlč ten smutek já už znám
Polibek kapesník siréna lodní zvonec
tři čtyři úsměvy a potom zůstat sám
Sbohem a kdybychom si neřekli už více
ať po nás zůstane maličká památka
vzdušná jak kapesník prostší než pohlednice
a trochu mámivá jak vůně pozlátka
A jestli viděl jsem co neviděli jiní
tím lépe vlaštovko jež hledáš rodný chlév
Ukázalas mi jih kde máš své hnízdo v skříni
Tvým osudem je let mým osudem je zpěv
Sbohem a bylo-li to všecko naposledy
tím hůře mé naděje nic vám už nezbude
Chcem-li se setkati nelučme se radš tedy
Sbohem a šáteček Vyplň se osude!
Traducción directa y reversión del checo de César Abraham Navarrete Vázquez.
Adiós y un pañuelo
Adiós y si nunca nos volvemos a encontrar
fue hermoso y fue suficiente.
Adiós y si nos reunimos en una cita,
quizá no llegaremos o llegará otro invitado.
Fue hermoso, infortunadamente todo tiene su fin.
Silencien, tañidos, silencien, esa tristeza que ya conozco.
Un beso, un pañuelo, una sirena, una campana de barco,
tres o cuatro sonrisas, y después quedar solo.
Adiós y si nada más resta por decir,
nos quedará un pequeño recuerdo
ligero como un pañuelo, más simple que una postal
y un poco ilusorio como el recubrimiento del oro.
Y si he visto lo que los otros no vieron,
así será mejor, golondrina, que buscas tu pajarera natal.
Me mostraste el sur donde el armario alberga tu nido.
Tu destino es el vuelo; el mío, el canto.
Adiós y si todo se dio por última vez
así será peor, ya no tendrás nada, mi esperanza.
Por tanto, será mejor no despedirse.
El adiós y un pañuelo te completen, Destino.
__________
Notas del traductor.
Pese a que, estructuralmente, el poema parece «tradicional» por la rima, ya se distinguen algunos rasgos vanguardistas como la falta de puntuación. Asimismo, el anti-lirismo de Nezval aflora y prevalece sobre el aparente tono sentimentalista.
v. 6 Opté por la palabra «tañidos» para sustituir el «doble (de las campanas)». Interesante ejercicio el de la traducción, que me permitió dar con términos desconocidos en mi propia lengua. Me explico. Así como el «doble» es el «toque de campanas por los difuntos»; una de las acepciones de «clamor» significa lo mismo. Es digno de mencionar la perspicacia de Nezval al repetir en dos ocasiones el verbo mlčet, callar, cuando escribe sobre «el sonido mortuorio de las campanas», pues genera en el lector una suerte de explosiones sensoriales, ora visuales, ora auditivas.
v. 12 El autor ensaya su vena experimental, jugando con los sentidos. En una locución en que lo natural sería un verbo que aludiera a la vista, emplea vonět para «oler el falso resplandor dorado».
v. 14 Aquí se aprecian las influencias de Arthur Rimbaud y del verso 32 de Le bateau ivre, El barco ebrio: Et j’ai vu quelquefois ce que l’homme a cru voir !, ¡Y vi, alguna vez, lo que el hombre creyó ver!
(Reversión)
Adiós y una despedida
Adiós, y si nunca nos vemos de nuevo,
fue hermoso y fue suficiente.
Adiós, y si nos reunimos,
acaso asista yo, o lo haga alguien más.
Fue hermoso, pero todo alcanza su final.
Calla, clamor, la tristeza que ya reconozco.
El beso, el pañuelo, la sirena, la campana marina,
tres o cuatro sonrisas, para luego quedarme solo.
Adiós y si nada más nos queda por decir,
atesoremos un pequeño recuerdo
frágil como pañuelo, sencillo como postal,
y un tanto falso como el brillo de la fantasía.
Será mejor haber visto lo que los demás no vieron,
golondrina en busca de su jaula original.
Me señalaste el sur en cuyo armario anidaste.
Tu destino es volar; el mío, cantar.
Adiós y si todo aconteció por última vez
será peor, pues ya nada tendrás, esperanza mía.
No nos despidamos entonces.
Que el adiós y una despedida conformen nuestro destino.
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