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martes, 15 de enero de 2013

Francisco Trejo (1987): Rosaleda.


Fotografía de Juventino Gutierrez Gómez.




En una entrada correspondiente al año pasado publiqué ya algunos epigramas de Francisco Trejo.

En esta ocasión vuelvo al autor y selecciono el doble de textos de su libro Rosaleda, publicado por Rojo Siena Editorial, bajo la colección Punto suspensivo en septiembre de 2012.

Me da gusto percibir la evolución del autor de un libro a otro, así como la búsqueda de ampliar su temática. También se siente a un joven escritor que paulatinamente ha establecido una distancia prudente respecto de sus maestros y compañeros, consolidándose en el género por el que apostó: el marginal epigrama.

Dicha actitud es loable —desde cualquier punto de vista— en una época donde las personas huyen de cualquier compromiso.

Tal convicción se vio recompensada recientemente con el Premio Nacional de Poesía Ignacio Manuel Altamirano 2012 por el libro El Tábano canta en los hoteles.

Liga para conseguir Rosaleda










Curiosamente las redes sociales —de las que el poeta se vale para desarrollar su ingenio en la primera sección intitulada El poeta enajenado que consta de catorce epigramas— han contribuido a rescatar las formas literarias breves y punzantes.

En la segunda parte, que da nombre al “epigramario”, Trejo ofrece otros catorce poemas, de donde extraigo tres de mis preferidos del libro.  






De El poeta enajenado



La fractura del discurso amoroso

Valeria por ti escribo
estos frívolos versos de hoy
Saúl Ibargoyen

¿Cuántas cartas le enviaste a Valeria, Saúl,
antes de convertirla en la madre de tus hijos?
¿Recuerdas la extensión de tus notas
y la cursilería trazada con el fervor de tu puño?
Amigo, a mí me bastó escribir un verso
—el nuevo Cupido es Twitter
                           para llevarla a la cama.
                         




Las cruzadas del caballero

Julio, tu mujer usa Facebook para destruirte:
confesó tu falta de armamento
para las cruzadas de la alcoba,
que no sabes montarla
y que tu hermano Francisco
es mejor jinete
                      que cuñado.





La flor y el amante de su abejorro

Flavio perdió a su esposa
por dedicar versos
en su cuenta de Twitter,
no a Florencia
—la furcia más famosa
de las redes sociales—,
          sino al primo de Florencia.





Ausencia del rastrillo

¡Sé cauto, Julio!
Por accidente enviaste a mi correo
fotografías de los labios de tu esposa.
Pero no te aflijas, las borré de inmediato:
me causaron repulsión
los hediondos bigotes         
                    de su boca vertical.





Messenger

Oscar,
¿crees en la fidelidad de Antonia
sólo porque chatean toda la noche?
—¡Es lo más absurdo que he escuchado!—
Amigo, abre los ojos:
mientras yo te escribo
ella desabrocha mi bragueta
y se ocupa de asuntos
más placenteros
usando la lengua
         en lugar de las manos.





Epitafio del cibernauta

Aurelio, nunca recibiste buenos comentarios
en tus publicaciones de apoyo al PRI;
pero el día de tu muerte hubo fiesta en Facebook:
todos tus amigos nos lamentamos
                    y le dimos like a la buena nueva.

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PRI. Siglas del Partido Revolucionario Institucional que mantuvo el poder en México de 1929 al 2000. En las elecciones del año 2012 recuperó la Presidencia de la República, y con ello el poder tras doce años.





El espectador

Augusto repudia el fraude electoral
más descarado de todos los tiempos
y habla de la nueva revolución.
Pasa horas culo frente a la computadora
como aquel que sentado en la plaza de toros
espera la caída de la bestia
pero no se suma
           a las fuerzas del torero.






De Rosaleda



Epitafio

Querías llegar virgen al matrimonio,
bellísima Amelia,
             pero llegaste virgen a la tumba.





Epigrama de la estatua

Una estatua como tú, Consuelo,
insensible ante la poesía de un loco como yo,
sólo se conmueve
              con mentadas de madre.





El suicidio del poeta

Supe que Flora no me ama,
por eso voy a suicidarme;
pero no esta noche:
será cuando le haya dedicado
cientos, cientos de epigramas,
y éste apenas
                   es el primero.

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