Bitácora de literatura: traducción de poesía, sátiras, poemas, fábulas, epístolas, epigramas, aforismos, crónicas, antologías...

lunes, 18 de marzo de 2013

"Aphorismytos" de Juan Carvajal (1935-2001).







Gusto de rememorar las anécdotas que se relacionan con los libros que me trascienden porque siento que el encuentro con ellos —del mismo modo en que uno se cruza con las personas— no es fortuito. Aquella de cómo di con este libro es la siguiente.

El sábado 26 de enero de 2013 la Gaceta Río Arriba presentaría su ejemplar correspondiente a la “Guerra” (septiembre-octubre 2012, año II, número 2) en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia, ubicado en la colonia Condesa de la Ciudad de México.

Yo concurriría porque había mandado algunas fotografías que me publicaron generosamente, además de que quería felicitar personalmente a los artífices de esta interesante propuesta.

Dispuse de mi tiempo para asistir. Salí de casa con anticipación. Una vez que ubiqué el lugar, “hice tiempo”, pues llegué a las once de la mañana —y la cita estaba prevista al mediodía.

Cuando me acerqué a la recepción para pedir informes —se me hizo raro que no hubiera gente—, sólo fue para enterarme de que, efectivamente, la presentación se realizaría el 26 ¡y no el 19 de enero!, día en que yo me presenté.

Al percatarme de que me había confundido, les pedí que me permitieran pasar a la biblioteca a curiosear —de cualquier modo ya me había despertado temprano. Accedieron.

Además de recorrer la pequeña, pero sustanciosa exposición permanente del archivo de Xavier Villaurrutia en la planta baja, revisé el acervo bibliográfico del lugar.

Ahí, entre otros ejemplares, conocí físicamente los Aphorismytos de Juan Carvajal. Un llamativo libro amarillo que hojeé y leí rápidamente.

A partir de esto, contacté a Ediciones Sin Nombre, con el propósito de comprar el título —terminé adquiriendo tres libros más del autor.

Durante la Feria del Zócalo del año anterior (2012), me había allegado al puesto de la editorial referida, pero no figuraba en su catálogo. El vendedor me prometió llevarlo al día siguiente —era viernes, recuerdo; pero yo ya no pude asistir el sábado.

La semana pasada finalmente tuve en mis manos el libro, y lo devoré en dos días.

En otra entrada de esta bitácora ya había publicado algunos poemas breves de Juan Carvajal. Ahora toca el turno a una selección de sus aforismos.

Ahora que lo pienso —y después de conocer la obra de Carvajal en su totalidad—, la erudición que esgrime en los textos siempre se complementa con otro rasgo de su personalidad: el uso y deformación de la fonética. Así, no resulta descabellado que al pronunciar el título de su libro, uno escuche “aforismitos”, en tanto diminutivo de aforismos, como si el autor le gastará una broma al lector desde “el más allá”.

En la solapa de Aphorismytos, publicado en 1988 por Ediciones Sin Nombre y Juan Pablos Editor se apunta:


Durante ya bastante tiempo en el suplemento Sábado del periódico Uno más Uno ha ido publicando, bajo el título de “Aphorismytos”, extraños fragmentos que escapan a una descripción genérica, en donde conviven ambiguamente (como se debe) el pastiche y la parodia, el aforismo y la paráfrasis. [...] No hay que confundir estos Aphorismytos con aforismos, mitos de Afrodita, nietos de Aphoría, ni con juegos triviales de sinestesias, homofonías y aliteraciones —aunque no desdeñan el sentido lúdico del asunto—; se trata de una escritura que pide una atención distinta.


El escritor mexicano, Guillermo Fadanelli, redactó un artículo en que evoca el libro: http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/53141.html






El chiste está en otro lado.

Aquí nomás, rencordando.

Quería hacer una revista, pero sólo logro hacer una arribista.

Para nadie era un secreto que él era omniimpotente.

Epitafio: Amó el dolor, y fue correspondido.

A los gobernantes mexicanos urge impartirles un nuevo curso: Teoría de la devolución humana.

Soy una sombra que se asombra que sea sombra.

En la relación sexual, es el amor quien dificulta las cosas.

Antes era mi mejor amigo, hoy mi mejor enemigo (¿Ascenso de ambos?).

El que utiliza la palabra clown es un payaso.

Con puta es mejor que cómputo.

En las paredes de la capilla había colgados muchos exjotos.

Destacó los mejores ángulos de aquella virgen retratándola con una cámara pornográfica.

Se acabaron el humanismo, el humanitarismo y los humanos. Quedamos sólo nosotros.

Nació entre ellos al instante una enemistad llamada a ser duradera.

Su matrimonio era un eterno círculo bilioso.

En su caso, lo que hacía era diseño trágico, porque no daba una.

Derrocho porque tengo poco dinero; si tuviera mucho sería avaro.

Futuro: todos seremos el muerto de otros.

Las mujeres prefieren ahí porque ahí hay un hueco; los hombres prefieren allí porque allí hay un falo.

México, el Infierno en este paraíso.

Se puso a pelear con su hijo. Perdió cuando le dijo: “Mi papá le gana al tuyo.”

Algunas mujeres tienen la capacidad de mentirse a sí mismas tan absolutamente como lo hacen a los demás.

La difícil imposibilidad de ser inteligente en una sociedad de estúpidos.

El que a mal árbol se arrima pronto se le cae encima.

El cristianismo: una religión que rechaza el fruto prohibido para quedarse con el fruto podrido.

Tú lo único que sabes hacer es la crítica de la razón, ¡puta!

En aquel país la más alta incidencia delictiva era: pleitos por pelitos.

Alemania quiere volver a ser una nazión.

La cornada laboral, es cuando alguien se coge a tu señora esposa en la oficina.

Las metáforas llegan solas en esta época del año, “solitas caen”.

Lo conseguimos: los seres humanos somos ahora ceros humanos.

¿Diocesano es una blasfemia, o por ahí va?

Se estaba fumando un prurito.

Depuró y depuró, hasta conseguir una perfecta, impoluta página en blanco.

Aquí el fin chistifica los Media.

Cuando el virgo se dio a la verga todo fue de mujer a mejor.

“Ya subió todo”, dijo mi cocinera. “¿También las tortillas?”, le pregunté. Entonces me dio una noticia escalofriante: “No, porque las tortillas tienen suicidio.”

Sólo hay una cosa peor que hacer el amor con seres inferiores, y es jugar con seres inferiores.

Dijo nuestro gran prócer: Me entregaré gustoso al juicio de la prosperidad.

Ya no hay comunistas, pero estamos rodeados de lugarcomunistas.

Casi todo lo que caracteriza caricaturiza.

Lo apabulló desplegando ante él un verdadero desfile de modos.

Un campesino dijo: “Está plagiado de errores.” Como tantos libros.

Errata. Fulano de Tal feneció el día tal de tal. Su esposa e hijas lo recuerdan con gran pene. ¿Errata?

Las iglesias son centros de analfabetismo.

Era un puto de vista, de cerca era mucho más.

Hay de escritores a excretores.

Gorrón y cuenta nueva.

Así ex la vida.

Un rico es un pobre con dinero.

Aciago yo las cosas.

Ella triunfó por seguir el único consejo que le dio su madre: Jamás uses ropa inferior.
 
México: país de letrados que lo ignoran todo y de analfabetos sabios.

Ese delicado ansía ano.

El único santo al que le rezo se llama san Juan Autista.

Todo lo que mendigas será al revés.

Lumpensadores.

Yo, por lo tonto, estoy satisfecho.

El imbécil
—Señor, lo busca una Musa.
—Dile que no tengo tiempo. Estoy trabajando.

La muerte está echada.

Vivir como epicúreo, sentir como trágico, pensar como lógico, escribir como épico, intuir como místico, percibir como físico, recordar como cómico.

El vaso de vino devino divino.

En la Facultad:
—Vamos a tomar algo, ¿o tienes clase?
—Es lo que menos tengo.

Di no a la reencarnación.

Al que nace pa’ escritor, del cielo le caen las hojas.

Ese músico tan conocido era un hijo de la gran pauta.

¿Pena es el femenino de pene? El pone el pene, ella la pena.

Un edificio de apareamientos.

Muerto el padre se acabó la rabia.

El hombre alto le preguntaba al pequeñito: ¿Pero, usted nació en ano?

Cuando se fue le dejó ingrato sabor de boca.

Cuernavaquense. El viejo chofer de taxi me contaba la muerte de su sobrino con voz lenta, dificultosa: “Allí mismo lo indiointificaron, donde le pasó el occidente.”

—¿Por qué rompiste con tu novio el diseñador?
    —Por no gráfico.

Así debería ser: “Lo metieron a la cárcel por tragicante.”

Me urge beber, pues estoy seco, estoy peu d’eau

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